La familia Ackerman y la familia Jaeger siempre han sido muy unidas, puesto que las madres de las dos familias compartían risas y confidencias después de haber estudiado juntas la universidad, no obstante, para sus hijos menores el ambiente no es ta...
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– ¿Encontraste algo interesante? –preguntó Eren una vez que terminó de llevar las maletas a la habitación principal y se encontró con su novia tirada en el suelo de la otra habitación.
–De hecho, sí, aunque no entiendo mucho.
Mikasa levantó la mirada y sonrió misteriosamente, sosteniendo varias fotos en blanco y negro en sus manos. Eren se acercó con curiosidad, y la chica le entregó las fotografías. Eran imágenes de dos niños, un niño y una niña, jugando y riendo juntos en distintas escenas.
― ¿Quiénes son estos niños? ―preguntó Eren, examinando las fotografías con atención.
Mikasa señaló una de las fotos en la que los dos niños estaban sentados en el jardín compartiendo una merienda.
―Mira la parte posterior ―indicó Mikasa.
Así lo hizo Eren y leyó una inscripción que estaba allí: "Grisha y Faye Jaeger". Eren frunció el ceño, sorprendido y desconcertado al mismo tiempo. No sabía que su padre había tenido una hermana, y mucho menos que había compartido momentos tan felices con ella.
―No lo entiendo ―murmuró Eren, confundido―. Papá nunca me habló de ella.
Mikasa asintió y se puso de pie, caminando hacia un baúl antiguo que estaba en la esquina de la habitación. Lo abrió con cuidado, revelando vestidos, juguetes y recuerdos de la infancia que pertenecían a una niña.
―Creo que esta era la casa donde creció tu papá ―explicó la pelinegra―. Junto con tu tía Faye. Este baúl está lleno de sus cosas.
Mikasa examinaba los objetos con profundo interés, mientras Eren se aproximaba, comenzando a ojear los vestidos y juguetes con una curiosidad que despertaba una conexión inesperada con la historia de su familia, la cual nunca antes había explorado.
―Pero entonces, ¿qué sucedió con ella? ¿Por qué mi papá nunca mencionó a su hermana? ―preguntó Eren, buscando respuestas en la mirada de Mikasa.
―Bueno, Eren ―Mikasa pareció sentirse incómoda, se rascó la nuca y lo observó con una expresión de melancolía en sus ojos antes de responder―. El amigo de tu papá... ¿No mencionó que Faye había fallecido? Quizás Grisha nunca habló de ella porque era un recuerdo demasiado doloroso. En las fotografías, parece que eran muy buenos amigos.
Mikasa se apartó del baúl y, en un gesto de compasión, colocó una mano reconfortante en el hombro de Eren. El peso de la revelación se palpaba en el aire.
–Es cierto, Keith mencionó que ella había fallecido. ¿Crees que debería preguntarle algo?
―La verdad, no estoy segura de si responderá. Parece ser un asunto bastante delicado ―señaló la chica―. Pero de todos modos, debemos hablar con él. No perdemos nada al intentarlo.
