6: Festival

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El sol brillaba con intensidad, casi de manera violenta en ese maravilloso día

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El sol brillaba con intensidad, casi de manera violenta en ese maravilloso día. La tarima ya estaba instalada, y Hannes se encontraba allí ajustando el micrófono mientras el murmullo de la expectación llenaba el aire. Estaban en el parque central de Shinganshina, el lugar habitual para el festival deportivo, un evento que congregaba a estudiantes de todas las edades en una competencia feroz, con actividades y premiaciones distribuidas por cursos y días. La atención estaba centrada en los estudiantes del último grado, ya que el ganador sería coronado rey o reina y escogería a su pareja real para el baile de fin de verano, además de nominar a los reyes para el baile de graduación.

– ¡Buenos días, queridos estudiantes! –exclamó Hannes, su voz resonando en todo el parque–. ¡Hoy es un día especial! ¡Estamos aquí para nuestro festival deportivo anual y las emociones están en su punto más alto!

Los aplausos y vítores estallaron entre la multitud. Hannes continuó durante un buen rato, emocionado explicando los detalles de los eventos por venir. Aunque los participantes del último grado sonreían al público, la atención estaba fija en dos figuras que se observaban mutuamente con odio.

Mikasa era la indiscutible reina de los festivales deportivos, dominando las competencias en su grado durante los últimos diez años. Su destreza atlética y determinación la convertían en la atleta imposible de vencer. Año tras año recordaba a todos por qué era la mejor. Sin embargo, este año una sombra desafiante se cernía sobre ella: Eren Jaeger, trasladado a Sina hace diez años, milagrosamente había regresado. Su transformación era asombrosa; el joven ahora era una delgada masa de músculos, atlético y parecía ser la única competencia para la pelinegra.

Las apuestas eran altas, todos esperaban ansiosos para saber si Mikasa mantendría su victoria invicta o perdería la corona ese año.

Hannes presentó a todos los participantes, pero la multitud aplaudió especialmente cuando pronunció esos dos nombres. Mikasa y Eren intercambiaron miradas hostiles cargadas de rivalidad. Mikasa estaba lista para mantener su reinado; por otro lado, Eren, con una mirada desafiante y los músculos tensos, estaba decidido a arrebatarle el título.

El primer duelo competitivo fue el juego de las varas, en el que debían empujarse hasta que uno cayera al barro. Los participantes anteriores habían caído uno tras otro en la feroz competición; las risas y los gritos de ánimo llenaban el aire del parque mientras la competencia se intensificaba con cada ronda. Finalmente, solo quedaban dos competidores en el círculo embarrado: Mikasa y Eren. La multitud expectante guardó silencio, consciente de la ardiente rivalidad entre esos dos jóvenes.

Mikasa, con su mirada fría y postura imponente, estaba acostumbrada a la victoria. Había perfeccionado la técnica del juego a lo largo de los años y nunca había conocido la derrota en los festivales deportivos. Frente a ella, Eren, principiante pero no menos decidido, estaba dispuesto a cambiar esa narrativa.

Liberosis (EREMIKA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum