14: Desastre

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La casa Jaeger estaba sumida en un caos repentino, impregnada por un inconfundible olor a humo que llenaba el ambiente. Carla, Grisha y Bianca ingresaron con rostros tensos y preocupados. En el salón, Mikasa y Eren, con pijamas puestos, se hallaban sentados en el sofá, nerviosos e incómodos, mientras observaban cómo sus padres los miraban con una furia apenas contenida.

El humo se disipaba lentamente, revelando los rastros del pequeño incendio que habían causado. Los bomberos se habían retirado hacía un par de horas, después de informar sobre lo sucedido. Un par de almohadillas chamuscadas y cortinas ennegrecidas atestiguaban el desastre.

—¿¡Qué diablos ha pasado aquí!? —exclamó Grisha, lanzando una mirada acusadora a los jóvenes, cuyos rostros estaban completamente sonrojados.

Carla, con los ojos llenos de desaprobación, se sumó a la reprimenda.

—¡Cuando les dije que no incendiaran la casa, era solo una broma! —gritó, completamente furiosa—. ¡Tan pronto como Zeke nos llamó para contarnos, tuvimos que volver de Marley! ¿¡Cómo se atreven a hacer algo así!? ¿¡A qué nivel de irresponsabilidad pueden llegar ustedes dos!?

Mikasa y Eren intercambiaron miradas ansiosas, evitando el contacto visual con sus padres. Sabían que se avecinaba una tormenta de reprimendas y acusaciones. Bianca observó a su hija antes de hablar con un tono cargado de decepción.

—No puedo creer que hayan destrozado la casa el tercer día después de que nos fuimos. ¿Qué tipo de pelea salvaje e infantil debieron tener para llegar a este nivel?

Ambos jóvenes se miraron nuevamente, mientras sus rostros se calentaban por la vergüenza, conscientes de la falsa impresión que habían causado en sus padres. Mikasa apretó los puños mientras Eren trataba de encontrar las palabras adecuadas.

—¡Hablen, maldición! —gritó Grisha, exigiendo respuestas.

La pelinegra decidió tomar la palabra, aunque su discurso era una fachada de la verdad.

–Solo fue un accidente –musitó con voz nerviosa–. Solo estábamos discutiendo y de repente todo se salió de control.

Carla frunció el ceño.

– ¿¡Una discusión!? ¿¡Creen que somos tontos!? Siempre están peleándose, pero esto ya llegó a otro nivel. ¿¡Qué demonios sucede con ustedes!? ¡Chicos, parecen bestias salvajes! ¿¡Acaso lo hicieron a propósito para lastimarse el uno al otro!? –Gritó Carla furiosa, y Eren intervino intentando justificarse.

–No, mamá, fue un accidente. Te lo prometo.

–Chicos, de verdad creímos que este tiempo a solas les serviría para llevarse mejor –Bianca parecía seriamente decepcionada–. Pero no puedo creer que hayan llegado a este nivel.

Liberosis (EREMIKA)Where stories live. Discover now