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Para cuándo ya habían pasado dos semanas desde el regreso del Principe Oberyn y su amada amante, todo se volvió un caos y descontrol en la vida de estos dos

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Para cuándo ya habían pasado dos semanas desde el regreso del Principe Oberyn y su amada amante, todo se volvió un caos y descontrol en la vida de estos dos.

No solo el principe había "perdido" parte de sus comodidades. Ellaria no se quedaba atrás. Doran mando a qué sus guardias le retiraran las joyas que su hermano había comprado para ella con el oro del reino. La mujer creo una escena ocasionando que un guardia la aprisionara contra el suelo. "¿¡Cómo te atreves!? ¡Perderás la cabeza, maldito!" El hombre simplemente se rió al zon de los forcejeos de la mujer . "Cállate, bastarda." Al día siguiente, Oberyn mato al hombre. Doran lo aprisiono en su alcoba negandole visita alguna.

Las únicas quienes, al parecer, no tenían castigo alguno, eran sus ocho hijas, quienes se paseaban a plena libertad por todo el castillo. Poco sabían Oberyn y Ellaria era, que Aegalys, le había pedido a Doran que dejara a las chicas de lado, a todas.

Mientras, que, una tarde, en los exuberantes jardines, El principe Doran paseaba junto a Lady Dyanne y la princesa Aegalys. La suave brisa llevaba consigo el perfume de las flores creando un ambiente apacible.

"Estás tendrían que florecer en la octava luna." Enseñó el Principe, Aegalys y Dyanne, cada una en los costado de Doran, asistieron.

No era secreto para nadie que la princesa y la lady no se llevaban tan bien como creía Doran. Más allá de que la mujer quisiera entablar una conversación "inocente" con la princesa targaryen, esto no ocurría, haciendo que la lady se lo comunicara al principe, alegando que la princesa no hacía más que ignorar sus, según ella, amables intentos de comenzar una amistad.

Cuando Doran estaba por volver a hablar, su vista fue a parar detrás de la Princesa Aegalys, quien vio rápidamente el cambio en las facciones del Principe.

Al girarse vio la figura de su esposo, quien se acercaba con sus manos detrás de el.

Al llegar donde el trío, quedaron en silencio ante la presencia de Oberyn. Aegalys simplemente miro hacia el frente con sus manos entrelazadas en su estómago, mientras lady Dyanne observaba al principe de pies a cabeza.

"Oberyn" simplemente saludo Doran, serio y con voz seca.

"Hermano." Devolvió el saludo. "Espero no interrumpir este paseó."

"Por supuesto que no principe Oberyn." Lady Dyanne no recibió siquiera una mirada de el. Aegalys simplemente se mantenía en silencio al lado de su esposo, rogando que nadie diga nada fuera de lugar, y por nadie se refería a la Lady.

"Me hubiera gustado ser invitado a este paseó. Por lo visto se te olvidó, Doran." El principe solamente rodó sus ojos, notando hacia donde su hermano quería que la conversación vaya.

"Principe Oberyn, no sabía que volvía a gozar de libertades, de haber sabido se lo hubiera sugerido a Dora." Dyanne se tapo la boca para ocultar una sonrisita. Oberyn posó sus ojos sobre ella, de manera dura.

The Union Between the Dragon and the Red Viper; Oberyn MartellWhere stories live. Discover now