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El sol se ponía lentamente en los vastos terrenos de Dorne mientras Oberyn Martell caminaba por los jardines del palacio de Lanza del Sol. La tensión en el aire era palpable, pues cinco meses habían transcurrido desde que Aegalys Targaryen amenazara la vida de su esposo y su relación se había vuelto fría y distante.

A simple vista, parecían una pareja feliz en los eventos públicos y las apariciones oficiales, pero tras las puertas del palacio, cada uno tomaba su propio camino.

Oberyn observaba a Doran, su hermano mayor y príncipe de Dorne, interactuar con Maegor, el pequeño hijo de Aegalys. El príncipe parecía más interesado en el niño que en su propio hijo.

La tensión llegó a su punto máximo en el día del primer cumpleaños de Maegor. Doran había preparado una lujosa fiesta en honor al niño que apenas podía balbucear algunas palabras. Maegor estaba rodeado de regalos costosos, mientras Oberyn observaba con una mezcla de incredulidad y resentimiento.

Después de que la fiesta terminara y los invitados se retiraran, Oberyn confrontó a Doran en privado. Sus ojos negros destellaban con furia contenida mientras le preguntaba directamente sobre su comportamiento con el niño.

"¿Por qué estás actuando así con un niño que no es tuyo?", estalló Oberyn, sin preocuparse por ocultar su molestia. "¿Acaso estás enamorado de Aegalys? ¿Es eso lo que te motiva a actuar como un padre para Maegor? ¿Te la quieres follar?"

Doran, sorprendido por las acusaciones, se mantuvo firme frente a su hermano. "No estoy enamorado de Aegalys", respondió con voz firme. "Estoy haciendo lo que tú no puedes hacer, Oberyn. Estoy actuando como un padre presente en la vida de Maegor".

Las palabras resonaron en el aire, y una pausa tensa se apoderó de la habitación. Oberyn miró a Doran, buscando alguna señal de mentira en su rostro, pero solo encontró determinación y un destello de tristeza en sus ojos.

"¿Cómo puedes ser tan ciego, Doran?", exclamó Oberyn con voz cargada de ira. Sus ojos brillaban con una mezcla de dolor y desesperación. "¿A casó no lo vez? Maegor no se parece en nada a mí, y tú lo sabes."

Doran, sentado frente a su hermano, apretó los puños y bajó la mirada. Podía sentir el peso de las palabras de Oberyn sobre sus hombros, pero no podía permitirse flaquear ahora. "Maegor lleva el apellido Martell, eso debería ser suficiente para ti", respondió con firmeza. "Te has distanciado tanto de él que no puedes entender lo que significa ser un padre. Yo estoy haciendo lo que tú no puedes."

Las palabras de Doran resonaron en la sala, dejando un silencio incómodo entre los dos hombres. Oberyn se levantó de su asiento y comenzó a dar vueltas por la habitación, como un animal enjaulado. "No es solo una cuestión de apellido, Doran", dijo con voz entrecortada. "Es una cuestión de amor, de sangre. ¿Cómo puedo amar a un niño que ni siquiera sé si es mío?"

"¿Y quién tiene la culpa de eso?" Interfirio Doran. Al notar que Oberyn quedó en silencio, siguió hablando. "¿Aegalys? ¿Alguien quien fue vendía como un animal por su hermano muerto? ¿Ella, quien intento de todo para adaptarse a tí, obteniendo la peor de tus actitudes?".

"Tu sabe que yo no quer-"

"Cientos de personas se casan por deber y aún así cumplen con sus obligaciones sin decir palabra alguna." Interrumpió Doran.

La habitación se llenó de un silencio incómodo mientras las palabras de Doran colgaban en el aire. Oberyn se detuvo en seco y miró fijamente a su hermano, sus ojos ardían de ira y dolor.

Oberyn se detuvo en seco, sus ojos ardían con una mezcla de rabia y tristeza. "¡No puedes solamente culparme a mí! ¡Yo solo le di la libertad de ser ella misma, de ser feliz!"

"La felicidad no debe ser a costa de nuestra reputación y estabilidad", replicó Doran. "Deberías haber luchado por encontrar una solución dentro de los límites de nuestro matrimonio. Pero preferiste liberarla a costa de nuestra Casa".

Oberyn permanecía en silencio. Sabía que su hermano tenía razón, pero nunca lo diría en voz alta.

Simplemente giro y se fue, escuchando como su hermano llamaba su nombre a lo lejos. Oberyn pensaba que Doran estaba poniendo a alguien de sangre ajena sobre el.

The Union Between the Dragon and the Red Viper; Oberyn MartellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora