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En la atmósfera íntima del burdel, Oberyn Martell y su amante Ellaria se encontraban tumbados en una lujosa cama, disfrutando de un momento de complicidad y pasión. Después de un momento de silencio, Ellaria decidió romper la tensión.
Ellaria, con una sonrisa juguetona, acarició el rostro de Oberyn y preguntó en tono seductor: "Mi amado Oberyn, dime, ¿cómo va tu matrimonio con la Princesa Targaryen? Han pasado meses y los Dornienses especulan el porque aún no está preñada" pregunto en tono burlesco, acariciando el pecho del principe.
"Hemos llegado a un acuerdo interesante." Se acomodó en la cama, mirando fijamente a Ellaria. "Aegalys podrá tener un amante, alguien de su elección, y con ese hombre podrá concebir los herederos que mi hermano Doran exige para mantener mi título de príncipe. Siempre y cuando esos niños tengan el apellido Martell" Suspiró.
Ellaria arqueó una ceja, intrigada por esta nueva información. "¿Así que Aegalys también busca consuelo en los brazos de otro hombre?, Me preguntó quién será el afortunado." Dijo con voz seductora.
Oberyn frunció el ceño, desconcertado por la revelación. "No lo sé con certeza, pero ¿has visto algo inusual entre Aegalys y el guardia ese suyo?" De repente pregunto el Príncipe.
"Pues yo escuché unos rumores hace unos dias mientras caminaba por los jardines. Dicen que la princesa Aegalys y a su guardia personal, están más juntos que nunca, intercambiando miradas interesantes. No pude evitar preguntarme si hay algo más entre ellos.
El semblante de Oberyn cambió de inmediato. Un rastro de incredulidad se deslizó por su rostro.
"Que tú inocente esposa se está follando a su guardia" Ellaria dijo en tono burlesco junto a una sonrisa que amenazaba en posarse en sus labios.
Oberyn frunció el ceño, sintiendo sorpresa "Ser Royce... interesante. Parece que mi esposa política ha aprendido a jugar el juego de las amantes."
Ellaria rió suavemente, acercando sus labios a los de Oberyn. "Los deseos y el amor son impredecibles, mi amor. Aegalys es una mujer apasionada y encantadora. Tal vez encontró en Ser Royce a alguien que le brinde lo que tú no puedes".
Oberyn frunció su ceño. "No tengo idea, pero me resulta sorprendente que haya encontrado a alguien en tan poco tiempo. Ser Royce, su guardia, es leal y honorable. No pensé que Aegalys podría despertar su interés de esa manera".
Oberyn besó los labios de Ellaria, respondiendo a su caricia con pasión y ternura. "No importa quién sea su amante, mi corazón le pertenece a ti, Ellaria. Eres mi compañera en todos los sentidos".
Ellaria se aferró a Oberyn con fuerza, sus cuerpos entrelazados en una danza de deseo y entrega. En ese momento, los misterios y las intrigas de sus respectivos matrimonios se desvanecieron, y solo existió la pasión compartida y la conexión inquebrantable entre ellos.
En la oscuridad de aquel burdel, Oberyn y Ellaria se entregaron a la pasión y al amor prohibido, ignorando por un momento las obligaciones que los ataban y encontrando en el calor de sus cuerpos la liberación y la felicidad que tanto ansiaban.
