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Horas después de que Ellaria salga de los aposentos de la princesa, está amamantó a su retoño hasta que esté quedó dormido en su cuna. Aegalys le dijo a Lady Myria que vaya en busca de Oberyn urgentemente.

Cuando esté llegó, no tuvo ni oportunidad de saludar, ya que la princesa comenzó a informarle sobre el choque que tuvo con la amante del príncipe en esos mismos aposentos.

La noticia de que su amante, Ellaria, había irrumpido en la habitación de la princesa y le había lanzado acusaciones dolorosas aún resonaba en sus oídos.

"Aegalys, cariño, debes entender que Ellaria está simplemente celosa. No debes tomar sus palabras en serio", comentó Oberyn con una sonrisa desafiante en sus labios, sentado de piernas cruzadas en el sofá. No compartiendo la desesperación de su esposa.

Indignada, Aegalys alzó la voz, sintiendo la ira arder en su interior. "¡No puedes ignorar esto, Oberyn! Si se descubre que Maegor no es tu hijo. Él, yo e incluso Ser Royce pagaríamos las consecuencias." Aegalys se mantuvo firme, no iba a dejarse amedrentar. "No olvides quién soy, Oberyn. Soy tu esposa política, la madre de tu hijo legítimo. Merecemos respeto y protección".

Oberyn, en un gesto de desprecio, negó con la cabeza. "No exageres, Aegalys. Ellaria no dirá nada, confía en mí. No tienes por qué preocuparte". Comento despreocupado el principe.

"Quizás deberías aprender a controlar a tu prostituta, Oberyn. Si ella nos pone en peligro, yo también tengo el derecho de expresar mi preocupación", respondió Aegalys con voz entrecortada.

La mención de Ellaria como "prostituta" desató la ira de Oberyn. En un estallido de furia, agarró firmemente el brazo de Aegalys, apretando con fuerza. Su mirada se volvió amenazante mientras la advertía: "¡Nunca más vuelvas a decir algo así! ¡No sabes de lo que soy capaz cuando me provocas!".El Príncipe de Dorne rugió de furia. Su semblante enrojecido por la ira. "¡No vuelvas a llamarla así! Ellaria es más que eso, y si no puedes entenderlo, entonces no hay nada más que decir".

Aegalys se sintió atemorizada por el repentino cambio de actitud de Oberyn. Sus ojos se llenaron de lágrimas, mezcla de rabia y miedo. "¡Suéltame! ¡No puedes tratarme de esta manera! Soy tu esposa, no permitiré que me maltrates".

Oberyn, tras un momento de tensión, soltó el brazo de Aegalys, pero su rostro todavía mostraba una mezcla de enfado y frustración. "No estoy maltratándote, Aegalys. Solo te estoy recordando tu lugar."

El silencio llenó la habitación por unos momentos, mientras ambos se miraban fijamente, cada uno aferrado a su posición.

Las palabras de Oberyn resonaron en el aire, dejando a Aegalys en un estado de confusión y dolor. Mientras sus lágrimas caían por sus mejillas.

Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, Aegalys juró proteger a Maegor y a Ser Royce, sin importar las consecuencias. Sabía que su deber como madre y como Targaryen era mantener a salvo a su familia, incluso si eso significaba enfrentarse a su esposo político y a los peligros que acechaban en cada esquina de Desembarco del Rey.

The Union Between the Dragon and the Red Viper; Oberyn MartellWhere stories live. Discover now