✿ Capítulo 22 ✿

31.6K 1.1K 214
                                    

Luis

Cuando salí de mi casa para conversar con Diana, observé que estaba fumando mientras me esperaba. ¿En qué diablos pensaba? ¿Fumar en su condición?

¡Deja ese cigarro! le repliqué mientras le quitaba el pitillo que llevaba en su mano derecha y lo ponía lejos de su alcance.

Ya era hora de que salieras, bastardo. ¡Devuélveme eso! gritó al tratar de quitarme en vano el cigarrillo.

¿Cómo se te ocurre fumar estando embarazada?

¿Ahora te importa? refirió, dejando sus intentos por hacerse del pitillo. Ya te dije ayer que, si quería, abortaba a tu hijo.

Tuve que contenerme las enormes ganas que tenía de zarandearla y decirle todo lo que se merecía, pero no quería armar un escándalo en la calle para que mis vecinos vieran lo que ocurría.

Bien, yo solo te advierto que no es bueno fumar en tu condición...

¿Tú vas a ordenarme, Lucho? señaló con una sonrisa tan cínica, que me daba ganas de mandarla al carajo ahí mismo. Será mejor que busquemos un lugar más privado para conversar, ¿no crees?

Vamos al carro de mi papá. ¡Sígueme! le ordené de muy mala gana, mientras soltaba el cigarro que tenía en mi mano al suelo y lo pisaba con mi pie derecho.

Cuando me disponía a ir al garaje para sacar el auto, lo que a continuación habló me dejó helado:

¡Quiero que vayamos a un hotel! me gritó.

Volteé y la observé. Estaba tan desafiante con su sonrisa tan sarcástica que odiaba desde lo más profundo de mi ser.

¡¿C-Ó-M-O?! exclamé, pasmado ante su propuesta.

¿Qué mierda estaba insinuando? ¡Había perdido totalmente los cabales! ¿Irme yo a un hotel con ella? ¡Nunca más!

¡Estás loca! vociferé azuzando las manos, mientras ella reía a carcajadas. Parecía sacada de una película de terror con mezcla de humor negro.

Una vecina que pasaba por el lugar con su perro se me quedó observando con curiosidad. Era una vieja viuda que vivía a dos casas de la mía y siempre estaba pendiente de todos.

En situaciones normales la hubiera saludado, pero estaba fuera de mis casillas. Lo único que quería era llevarme a Diana lejos de ahí para luego terminar la charla que teníamos pendiente de ayer. Quería saber cuáles eran sus amenazas y descubrir si era cierto que había descubierto que Margarita era mi novia.

La agarré de la mano, avanzamos varios metros más allá y nos metimos dentro de una vivienda abandonada que estaba en la esquina de mi calle. Quería estar en un sitio donde nadie más nos viera para dejarle bien claro la situación entre nosotros.

¡No pienso ir a un lugar de esos contigo nunca más! Si es por ahí por donde van tus intenciones, puedes sacarte esa idea de la mente de una puta vez... dije mientras la arrinconaba a una pared a medio construir.

Huyyy, ¡qué modales! Nunca pensé que te pondrías así de vulgar conmigo, cariño señaló mientras reía sarcásticamente. Pero, ¿sabes? Me gustas más cuando estás así de enojado. Te hace ver más atractivo, Lucho indicó entretanto trataba de acariciarme la mejilla.

Le retiré con brusquedad la mano de mi pómulo izquierdo y retrocedí para salir de su alcance. El simple roce de su mano en mi piel, mezclado con esa actitud tan cínica y desvergonzada de su parte, provocaban que empezara a sentir asco de todo esto.

Decídete, Margarita [Saga Margarita 1] ✓ - [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora