✿ Capítulo 17 ✿

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Luis

—¿Qué es lo que sabes? —solo atiné a preguntar. Traté de disimular lo nervioso que me encontraba ante la exclamación de mi hermana.

Debía ir con cautela. Si había descubierto que yo tenía una relación con Margarita, trataría de convencerla de que no nos juzgara.

La bruja siempre había sido mi compinche en muchas cosas. Desde que éramos chicos, a pesar de nuestra diferencia de edad, habíamos compartido nuestros secretos. En más de una ocasión, el uno había ayudado al otro a tapar sus jugarretas ante nuestros papás para que no nos regañaran.

Durante el tiempo que tenía con Margarita, más de una vez intenté tocarle el tema. No a modo personal, sino del típico caso de un amigo de otro amigo que tiene una relación con una mujer mayor; pero cuando me armaba de valor para hablar sobre el asunto, recordaba los miedos de mi novia. Sus ojos llenos de temor, cuando me pedía tiempo para hacer frente a la sociedad, solo hacían que se me ablandara el corazón y me frenara ante mis intenciones de confesarlo todo.

De este modo, no tenía que pensar solo en mí, sino también en Margarita, en sus miedos e inseguridades, porque lo que menos quería era meterla en aprietos con sus padres y con los míos. Si ellos se enteraban ahora, podrían ocasionarle muchos problemas. Y quizá, al enfrentarlos, ella no estaría en capacidad para asumir sus desaprobaciones, no aún.

Ya antes, con el problema de Diana, Margarita me había demostrado que, a pesar de que me quería, era solo un ser humano, no tan perfecto como la había idealizado durante todos estos años. Era una persona con muchos temores y prejuicios en su vida. Pero, por encima de todo eso, se había dejado llevar por lo que su corazón le dictaba, anteponiendo sus sentimientos por mí ante sus miedos, y esto era una muestra de la gran mujer de la que yo me había enamorado. Por todo esto, no me vi con el valor de confesarle a nadie lo que tenía con ella, pero ahora parecía que las cosas ya habían cambiado.

Yo estaba ahí, echado en mi cama, hablando con mi hermana. Pude sentir que las manos me sudaban y una gota fría bajaba por mi frente. Ada solo se me quedó observando con una expresión indescifrable. ¿Qué diablos tramaba?

—¡Ya lo sé, pues, callejero! —habló levantándose de la cama.

Se cruzó de brazos y me miró de manera fija.

—A qué... ¿a qué te refieres?

¡Carajo! ¡Tenía el corazón en la boca!

—Ay, hermanito, tú no tienes remedio. —Suspiró observando hacia el suelo y negando la cabeza a modo de desaprobación.

‹‹¡Suelta de una puta vez lo que tienes que reprocharme, bruja! ¡Sí, estoy de novio con tu amiga! ¿Y qué?››.

—Ya lo sé —continuó en lo que parecía ser una eternidad—. ¡Hazte una prueba de paternidad! Y así te sacas de dudas de si el niño que espera la apestada es tuyo o no.

‹‹¡Menuda mierda! ¿Tanto teatro para eso? ¡Me la vas pagar, desgraciada!››.

Si me hubiera sido posible, me hubiera levantado de mi cama, le hubiera lanzado dos almohadazos y la hubiera envuelto en una sábana, por toda la agonía que me había hecho pasar. Sin embargo, debía fingir que estaba sereno. Para mi mala suerte, mi sufrimiento en vano me delató.

—¿Qué diablos te pasa? —indicó moviendo el rostro y con una expresión de sorpresa—. Parece que hubieras visto un fantasma.

—Pensé que me ibas a decir algo que no sabía. ¡Yo que sé! —señalé con evidente fastidiado.

Decídete, Margarita [Saga Margarita 1] ✓ - [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora