✿ Capítulo 20 ✿

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 Nota de la autora

En este capítulo tendremos un nuevo personaje. ¿Adivinan quién? Es una pirueta literaria xD.

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Luis

Esa noche con Margarita fue... ¿cómo describirla? Las palabras sublime, maravillosa, fantástica o cualquier otra en el idioma español se quedarían cortas para ello. No tuve palabras o adjetivos para poder explicarlo. Simplemente supe que, en el momento en el que todos mis sueños y anhelos por tantos años se vieron concretados en mi unión con ella, fui el ser más dichoso sobre la faz de la Tierra.

Yo no era nada santo. Ya antes había estado con otras mujeres, aparte de Diana. Desde que terminé con ella en el verano pasado, no me dormí en mis laureles. Estuve con una chica que conocí en una reunión en la universidad —de la cual no supe nada más después—, como con una prima de un amigo meses atrás en el cumpleaños de este, y también con una compañera de estudios que se me insinuó en una reunión de fin del semestre.

¿Mujeriego me catalogarían? No creo. Pero, ¿para qué negarlo? Si se me presentaba una oportunidad, no me quedaba corto; iba a ello y, si lograba mi objetivo, no me cortaba ni un pelo. ¿Eso me hacía un Don Juan? No lo sabía. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

En el caso de Margarita, el día que me reencontré con ella y tanteé el terreno, ya les conté que fui con todas mis ‹‹fichas››. ¡El resultado fue mucho más de lo que yo esperaba! Pero esa maravillosa noche entre nosotros todo fue tan distinto a las que había tenido con otras mujeres, y no me malinterpreten.

Perdí mi virginidad con Diana, a los dieciséis años. Ella era mayor que yo por un año, pero también era virgen. Y, muchas veces, la falta de experiencia en una pareja tan joven como nosotros nos cobraba factura en nuestro debut en esas lides.

Pero, en casi tres años que tenía de saber cómo actuar en este terreno, podría decir que algo había aprendido. Lo que sabía me sirvió bastante en esa noche con mi novia.

A mí siempre me había gustado estar enterado del tema. A diferencia de mis padres que tocaban el sexo como algo tabú, había sido bastante abierto al respecto desde pequeño. Aunque no me consideraba un erudito —¿Qué se creen? ¿Que tengo un consultorio erótico o algo parecido? ¡No molesten!—, algo sabía de ello.

En el caso de Margarita, a pesar de tener veintiocho y haber estado casada durante varios años, le costaba mucho tratar sobre nuestra intimidad en esa noche. No les voy a ahondar en precisiones íntimas porque eso me las guardaba yo —¿Qué quieren? ¿Qué les relate detalles pornográficos? —, pero podría decir con total seguridad que, desde que ambos éramos novios recién, por primera vez, me sentí mayor que ella en ese momento. Y todo gracias a esa gran noche entre nosotros.

Según me confesó después, en donde la entrega de ambos distendió de un modo tan natural y maravilloso, por primera vez en su vida se sintió consentida y mimada por un hombre. Su exmarido, un bueno para nada como siempre —hasta ahora me preguntaba qué de bueno le vio—, nunca había pensado en las inquietudes y expectativas de ella en su intimidad como pareja. La única conclusión a la que llegué, fue que era el típico machista que solo pensaba en sí mismo, mas no en su mujer. Pero ¿qué me sorprendía? ¡Era una raya más al tigre!

Debido a todo esto, a mi disposición con ella y a la confianza que le brindé, fue que la entrega entre nosotros fue la ideal y oportuna. No me hubiera gustado estar con Margarita cuando yo hubiera perdido mi virginidad y no hubiera sabido cómo tratarla, como me pasó con Diana debido a mi comprensible inexperiencia. En momentos así, me confirmé el viejo dicho que escuché hace tiempo: Lo que tiene que suceder, sucederá. Y aquí yo le agregaría: en su momento oportuno y adecuado.

Decídete, Margarita [Saga Margarita 1] ✓ - [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora