Capítulo 38

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La luz del sol que se cuela por la ventana abierta de mi cuarto me molesta en la cara y una punzada me invade la sien.

Llevo mi brazo hasta mis ojos y los tapo refunfuñando. Me giro boca a abajo y coloco la almohada sobre mi cabeza maldiciendo el tequila.

Anoche después del bar, eran como las 4:00 de la mañana, Jack me trajo a casa en un taxi. Ninguno de los dos estaba en facultades para manejar. Yo ni siquiera tengo licencia. Me dejó en el primer piso después de discutir sobre que yo podía sola, logré que me dejara subir sola. Cómo pude salí del ascensor, todo me daba vueltas, la subida me mareó aún más.

Recordarlo solamente me causa náuseas.

Maldito alcohol que me obliga a beberlo.

Una notificación me distrae y maldigo internamente porque mi celular está junto al espejo del closet. Cuando llegué me desvestí y me metí en la cama en ropa interior.

Me levanto perezosamente y camino hasta el sitio de donde proviene el sonido de mi celular. Aún estoy medio dormida y me duele la cabeza como los mil demonios.

Lo tomo y desbloqueo la pantalla para ver el nuevo mensaje de Sasha.

Sasha:
          Tengo algo... ven a mi casa

Tecleo una respuesta perezosa y decido entrar al baño para desperezarme un poco y darme una merecida y necesitada ducha.

Salgo y me visto con una minifalda ajustada en la cintura y suelta para abajo color negro. Me pongo una camiseta del mismo color y me recojo como puedo mi corto cabello.

¿Por qué lo corté? ¿Ah?

Me maldigo y coloco un poco de corrector en mis ojeras para no parecer una muerta resucitada. Me aplico rímel y un labial claro, me pongo loción y recojo mi celular y las llaves del apartamento antes de salir.

Como algo por el camino a casa de Sasha. A cada rato bostezo, la noche me está pasando factura. Subo al bus y me ubico en un asiento junto a una ventanilla, aún creo que puedo vomitar y devolver todo lo que bebí anoche y la hamburguesa que me acabo de comer. Chequeo los cafés que llevo y el olor me lleva a volar.

La parada queda una cuadra antes de la casa de mi amiga. Camino apresurada, rezando para que Sasha esté esperándome aún.

Toco el timbre y espero. Mi amiga sale con una gran sonrisa de complicidad y me jala de un brazo para entrar.

- Traigo dos cafés bien cargados- digo- creo que los necesitaremos. Yo más que nadie.

- Que bien- toma el café y se lo lleva a los labios- lo necesitaba.

La observo y le sonrío. Se ve muy graciosa con el pelo desordenado y unas gafas de pasta que nunca le había visto.

- He pasado la noche entera haciendo esto- la veo teclear rápidamente en su computadora y abrir unos archivos que no entiendo.

- No entiendo nada - soy sincera.

- Te explico - carraspea

Da vuelta a su silla giratoria para quedar frente a mi. Junta sus manos como toda una experta.

- Está es la cuenta "fantasma"- hace comillas- en la que tú madre depositó el dinero para ti, o sea es la cuenta que posee tu herencia- se gira busca algo más- el caso es que la hicieron parecer una cuenta fantasma- me acerco hasta ella y me inclino para ver mejor - este trabajo tuvo inmiscuidas a varias personas. Es un movimiento muy grande que no es trabajo de una sola persona, hay muchos involucrados en el tema, aunque se haya sacado el dinero poco a poco eran varios millones que no son fáciles de disimular.

Con ninguno de los dos Where stories live. Discover now