Capítulo 19

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Peter

La he cagado...

Verdaderamente la he cagado.

El camino al apartamento pasa en completo silencio. De vez en cuando siento sus ojos sobre mi y cuando le devuelvo la mirada la aparta sin más.

Ahora que pienso con claridad entiendo que debe estar muy confundida y molesta, pero no sé por qué no me dice nada. Ella no es tan callada.

Estoy preocupado. Creo que en verdad he metido la pata.

.....
Regina

Llegamos al apartamento y camino directamente hasta mi habitación. Necesito pensar.

Entro y cierro la puerta detrás de mi. Me quedo pegada al pomo y mi corazón está que se me quiere salir del pecho. Respiro agitadamente.

Me siento muy confundida.

¿Qué fue todo eso?

Peter me besó

¿Dónde quedó de que solo éramos amigos? No entiendo nada. Hice una escena sin sentido y él.... Él me besó. Estoy en shock.

Necesito una explicación pero no tengo el valor de salir y enfrentarlo. Tengo muchos sentimientos encontrados. Ya creía que se me había pasado el enamoramiento, creía que todo había sido una confusión que había creado mi cerebro. Soy una estúpida.

Pienso en Aiden, no sé nada de él desde anoche. No se ha dignado a responderme ni un mensaje. Estoy cansada. Me siento estúpida. Estoy harta de que me utilicen cuando quieran y me desechen como basura. Bastante he sufrido con el tema de mi padre, no voy a tolerar un abuso más hacia mí.

Camino hacia el baño y me doy una larga ducha. Necesito descansar y pensar.

Salgo del baño y me voy hasta el closet para tomar un conjunto de lencería. Me coloco mi camisón y salgo hacia la cocina por un poco de leche.

Llego al refri y saco una caja de leche evaporada. Me sirvo en un vaso y voy hacia el microondas para calentarlo. Son casi las 12:00 y toda la casa está a oscuras excepto mi habitación, la cocina y la habitación de Peter. Siento un impulso de ir a hablar con él, pero me detengo, esto no está bien. Necesito aclararme.

Tomo el vaso de leche y camino hasta mi habitación nuevamente.

Me siento frente a la laptop y me decido a buscar una película. No tengo sueño. Mi mente está muy enredada.

Unos toques en la puerta me distraen de mi película. Frunzo mi ceño y digo:

- Pasa.

Al principio no reacciono, luego mi cara no disimula el asombro al ver a Aiden en toda su gloria de pie en mi puerta.

- Dejas entrar a cualquiera a tu habitación- bromea

Le doy una mirada de pocos amigos

- Es mi habitación. No es tu problema - contesto de mala gana.

- ¿Puedo pasar? - pregunta y asiento a modo de afirmación.

Se acerca hasta donde estoy y me da un beso en la mejilla.

- ¿Qué ves?

- Aiden, ve al punto - le digo severa.

- Quería pedirte una disculpa- me dice y lo miro incrédula.

- ¿Sabes? Estoy cansada - pongo la laptop a mi lado en la cama y junto mis brazos sobre mis muslos- estoy harta de todos. No sé de qué manera hacer que no te molestes, pero no estoy interesada.

- Lo siento ¿si? No puedo evitar molestarme y sentir celos

- No somos nada Aiden- lo interrumpo- pero si así fuera, si tuviéramos algo ¿así ibas a reaccionar cada vez que tuviéramos algún problema? O no, no es un problema, es tu ego masculino que no te alcanza para entender que Peter es mi mejor amigo. Así no quiero nada. Vengo de una relación totalmente quebrada con mi padre ¿crees que necesito más dramas en mi vida?

- No - responde serio

- Me alegra que lo entiendas - suspiro - Tú me gustas, mucho. Te lo digo sinceramente, pero también sabes que mi relación con Peter es complicada, de mi parte claro. Me gustó todo lo que hicimos, pero me equivoqué al pensar que la darme una oportunidad con alguien más mi sentimientos por Peter iban a desaparecer. No fue así. En algún momento llegué a pensar que todo era producto de mi imaginación, que me estaba confundiendo yo misma por el trato que él me daba - una lagrima rueda por mi mejilla, la limpio rápidamente - Lo siento tanto...

Él me abraza y me siento tan culpable. No puedo, lo intenté, pero no puedo. Yo necesito organizar mi vida, sanar. Esto no está bien.

- Poe favor déjame sola - pido.

Aiden se levanta y me da un beso en la frente a modo de despedida. Lo veo salir de mi habitación y me hago un ovillo sobre la cama, soy un mar de lágrimas.

Diviso la luz de fuera colarse en la habitación y veo la silueta de Peter en la puerta.

Entra y me ayuda a sentarme en la cama, yo no puedo dejar de llorar. No quiero llorar. Estoy tan cansada. Me abraza fuertemente y me da un pequeño beso en la frente. Me aprieta contra su cuerpo.

- Tranquila, aquí estoy.

Sollozo con todas mis fuerzas y me agarro de la playera de Peter con fuerza. Esto no es sano.

Lo miro a los ojos y veo pesar en sus iris. Aparto la mirada.

- No necesito lástima, Peter - le digo - ya tengo bastante autocompasión para mí.

- ¿Qué? No no no, Regina. Yo no siento lástima por ti- me dice y se aparta un poco- solo quiero apoyarte, sé que es difícil. No sé de qué hablaron pero lo que fuera que te haya dejado así, no puede ser bueno.

- Es tu culpa- susurro

- ¿Cómo?

- Es tu culpa. Solo me confundes. No me quieres más que como amiga pero hoy... hoy mira lo que has hecho y yo no sé... no sé qué pensar. Le he dicho a Aiden que fue un error intentar olvidarme de ti con él, lo utilicé y eso es horrible.

- Regina, no sé qué decir...

- No digas nada, hablas y me confundes ¿Qué quieres de mi?- le reprocho

- No lo sé ¿vale? Solo sé que no hay un maldito segundo que no deje de pensar en ti, en tenerte, en protegerte de todo lo que te haga daño. Cada vez que te veo con él se me revuelve el alma. Tengo claro que te dije que solo te quería como una amiga pero eso solo fue para que no te confundieras, porque no estaba seguro de lo que sentía y no quería ilusionarte. No quería lastimarte, cada vez que te veía llorar me partía el alma en pedazos. Ahora mismo me estoy revolviendo completamente y quiero destrozarlo todo pero quiero estar aquí contigo, cuidándote de que no te rompas.

- Yo ya estoy rota - me ha dejado sin palabras

- Yo quiero cuidarte Regina. Siempre lo he hecho. Me prometí a mi mismo y te prometí que no permitiría que nada ni nadie te volvería a hacer daño. Estoy dispuesto a romper el puto mundo por ti.

Me limpia las lágrimas y me da un beso en la comisura de los labios. Se separa a una corta distancia de mis labios esperando que me separe. No lo hago y me toma la cara suavemente con ambas manos.

- Dime que no. Porque si te beso no me voy a detener.

- Bésame- fue lo único que dejó mis labios en un susurro casi inaudible.

Y así fue. El chico que siempre me gustó, mi amor prohibido, me besó. En medio de mi habitación, a oscuras, Peter me besó.

Con ninguno de los dos Where stories live. Discover now