Capítulo 16

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Cuando decidimos dar el paso con alguien para muchos es demasiado íntimo, para otros es totalmente normal.

Yo soy del criterio que si la persona te hace sentir bien no hay nada de malo en experimentar y sentir, tenemos el derecho.

Nos podemos sentir deseados y desear a otros.

¿Dónde está el problema?

Mi primera vez no fue especial ni nada parecido, no me arrepiento pero tampoco me enorgullece hablar del tema. Decidí que debía ser y me centré en dejarme llevar. Fue doloroso y muy incómodo pero ¿quién diablos dice que su primera vez fue mágica? Eso para mi es historia.

Aiden se encarga de hacerme sentir lo más cómoda posible, a pesar de que ya hemos tenido contacto se comporta bien.

Me besa en los labios y hace un recorrido por mi cuello. Me toma de las caderas y me hace caminar en su dirección hasta que cae en la cama sentado y traza un camino de besos por mi abdomen y cintura que me envían corrientes de placer por todo mi cuerpo.

No soy tan pequeña pero él es muy alto y sentado delante de mi queda a la altura de mis pechos.

Lo beso apasionadamente y giro mi rostro para profundizar más el beso. Su lengua roza la mía y nos sincronizamos perfectamente.

Se separa de mi y atrapa uno de mis pechos con su mano y lame entre mis senos. Con su mano libre me aprieta el trasero con deseo y yo solo puedo gemir de placer. Separa su rostro de mi abdomen y me mira a los ojos. Se ven totalmente oscuros por el placer y la lujuria que cargan. Se pone de pie y me toma por la cintura para colocarme sobre la cama. Se abalanza sobre mi cuerpo y me quita la blusa. Observa mis pechos con deseo y sin ningún tipo de vergüenza me devora con la mirada. Me siento expuesta y muy excitada. Me gusta que me admiren.

Me toma las manos y las sube por encima de mi cabeza dejándome aun más expuesta ante sus ojos. Comienza a bajar dejando un camino de besos húmedos desde mis labios, pasa por mi cuello donde lame y chupa con deseo, continúa con mis pechos y baja su otra mano hasta la parte baja de mi abdomen, acariciando y desabrochando mis vaqueros.

Introduce su mano en mi intimidad y toca ese punto sensible entre mis piernas que me hace temblar. Explora mi humedad e introduce un dedo en mi interior que me hace arquear la espalda instintivamente.

- Estás tan mojada.

Su voz es un ronquido varonil y sexy que me lleva a la locura y me hace calentarme aún más de lo que estoy. Juega con sus dedos en mi humedad y su boca chupa mis pezones llevándome al borde del orgasmo.

Relentiza sus movimientos y se separa de mi poco a poco. Me quita los vaqueros y las bragas dejándome totalmente desnuda. Él por su parte se pone de pie y se quita el pulover dejando a la vista sus Perfectos abdominales bien marcados y el tatuaje tribal en su brazo. Pasa la mano por su cabello, desordenándolo más de lo que ya está. Se ve tan sexy. Me deleito con la vista y él vuelve a besarme, me estimula y me roza con el bulto que se hace notar en su entrepierna.

El juego previo me pone al máximo, así que decido tomar el control y lo aparto de mí tirándolo sobre la cama, desabrocho sus pantalones y le quito la ropa interior liberando el enorme miembro que ocultaba su ropa. Dibujo una sonrisa macabra y lo beso en los labios rozando mi humedad contra su erección. Esto se siente exquisito. El roce de piel con piel me pone demasiado.

Él estira la mano hasta sus pantalones y saca un condón. Lo tomo y se lo coloco cuidadosamente con mis labios. El roce de mi boca con su erección lo hace soltar un gruñido sexy que me hace sentir como la puta ama y me calienta al máximo.

Me coloco a horcajadas sobre él y lo beso desenfrenadamente. Comienzo suavemente a introducir su miembro en mi intimidad y la invasión envía electricidad por todo mi cuerpo. Se siente como la gloria. Al fin. Comienzo a mover mis caderas lentamente, en círculos y de arriba a abajo de manera provocadora. Utilizo su misma táctica y tomo sus brazos para colocarlos sobre su cabeza y acelero mis movimientos disfrutando cada vez que entra y sale su miembro de mi interior.

- Eres tan estrecha- me susurra al oído y envía palpitaciones a mi intimidad.

Él aplica toda su fuerza y me toma de las caderas me levanta de él y me coloca boca abajo en la cama. Se acerca por detrás de mí y comienza a jugar con su erección cerca de mi trasero, provocándome, me penetra suavemente haciéndome pedir por más, castigándome, tentándome. Cuando está completamente dentro comienza a moverse de forma rápida y cada estocada es más fuerte que la anterior.

Me gusta el sexo duro y que se adentre con fuerza me excita muchísimo.

Me siento totalmente excitada y llena. Él sabe cómo moverse y utiliza sus manos para tocarme. Comienzo a sentirme cerca del orgasmo. Me invade un cosquilleo y siento que voy a explotar, él me toma de la cintura y aumenta el movimiento llevándome a la locura.

Exploto en sensaciones y puedo sentir como sus movimientos se descontrolan, en señal de que él también ha llegado al clímax. Me gira y me da un corto beso en los labios. Se quita el condón y lo tira a la basura. Se tira sobre la cama y me mira, aun sus ojos están muy oscuros. Somos un desastre de sudor y respiraciones descontroladas.

Fue maravilloso. Me siento totalmente satisfecha y los efectos del orgasmo me envuelven, sintiendo una plenitud y una felicidad incontenible.

- Ha sido fantástico- le digo a Aiden.

Él sonríe y me da un beso en los labios.

El sonido de mi celular nos interrumpe y me saca del trance.

Todo viene a mi mente, miro la hora y son las 4:00 am. Es un alivio que sea sábado. El no alivio es que Peter debe estar preocupado por mí. No le avisé ni que estaba bien.

Corro hacia mi bolso y saco mi celular. Lo reviso y tengo 6 mensajes de Peter y una llamada perdida. Lo llamo porque sé que está preocupado. Al segundo repique contesta.

- ¿Donde demonios te has metido?- me dice furioso- llevo la puta noche mandándote mensajes y no respondes ni uno. Fui al bar y no te encontré. Me tenías preocupado joder.

No sé qué decir. No pensé que se me fuera a hacer tan tarde.

- Habla Regina ¿Estás bien? ¿Pasó algo?

- N..no, es decir estoy bien. Estoy en casa de Aiden, solo— me colgó.

Me pongo muy nerviosa, no sé cuál es la razón, pero lo hago. No pensé en las consecuencias.

- ¿Quién era? - pregunta Aiden

- Era Peter, dice que lleva toda la noche llamándome, está preocupado.

- Ya- me dice y me molesto porque siento algo de seriedad en su tono.

- ¿Ya? ¿Cuál es el problema?- espeto molesta.

- Ninguno, no entiendo cuál es la preocupación tan grande que le abarca a Peter - dice a modo de burla.

- ¿Qué? ¿No te das cuenta? - me irrito - Ahora mismo, si no recuerdas, estoy viviendo en su casa. Se preocupa por mí ¿No lo ves? Es tardísimo ya.

El sonido de un claxon nos distrae y Aiden sale del cuarto rápidamente . Lo sigo como alma que lleva el diablo arreglándome la ropa escaleras abajo.

- ¿Dónde está?- puedo escuchar la voz de Peter desde mi posición.

Continúo bajando las escaleras y me encuentro con ambos chicos frente a frente y no sé cuál de los dos se ve más enojado.

Peter me observa cautelosamente, cómo buscando algún problema o daño.

- Estoy bien- lo miro raro

- Vámonos - demanda

- No le hables así. Ella puede decidir lo que quiera. Es bastante mayorcita- dice Aiden.

- Bien, pues que ella decida - escucho sentenciar a Peter.

Yo no sé que hacer porque cualquier decisión va a afectar a uno o al otro. La verdad es que me tengo que ir, tengo que ir a casa y en esa casa está Peter. Miro a Aiden apenada y comienzo a caminar hasta la salida.

- Adiós- susurro al pasarle a Aiden por un lado y me dirijo hacia el auto de Peter.

Segundos después se sube a mi lado en el asiento del conductor y arranca sin hablarme ni cruzar una sola palabra.

Con ninguno de los dos Where stories live. Discover now