El tiempo lo dirá (Parte 1)

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-¿Pelearon? -Pieck me miraba sorprendida al presenciar que estaba recostada en la cama de la antigua habitación que solía ocupar.

-No, solo que necesito algo de espacio. -Dije simplemente dejando de leer el libro que tenía entre mis manos.

-Algo razonable, pero de seguro pasó algo que no me quieres contar, lo entiendo, sé perfectamente como eres, sin embargo, respetaré que no me quieras decir, aunque-...

Suspiré cerrando el libro para dejarlo a un lado.

-Ya, si tanto lo sabes ¿Por qué no solo cierras la puerta y vas a dormir?

Mi compañera de trabajo me miró sorprendida.

-Es grave la situación.

Encogí mis hombros, restándole importancia, así como venía haciéndolo hace meses.

-No se dará cuenta que no estoy durmiendo en la habitación, apenas llega en la madrugada y en la mañana ya no está, así desde que volvimos desde la isla. Ya todo iba raro desde que íbamos para allá.

Sin perder la chance que le había dado, cerró la puerta de la habitación y camino hasta la cama, se sentó en la orilla solo para recostarse casi por completo, apoyando su cabeza en mis piernas que estaban tapadas por las mantas.

Fruncí el ceño.

-¿No te ibas?

-Me hiciste la invitación, necesito saber.

-Te auto invitaste sola, yo iba a dormir y pudrirme sola en mi soledad.

-Eso lo quiero evitar, por algo trabajamos juntas, anda, tal vez echándolo fuera te sentirás mejor y tal vez un poco comprendida. -Dijo ladeando su rostro para mirarme fijamente con esa sonrisa suave que siempre poseía Pieck cuando quería consolar o fastidiar.

La miré unos segundos antes de apoyar mi espalda en el respaldo de la cama.

-Desde que supimos que la visita a la isla se debía hacer si o si, todo se estancó, se estableció una distancia, dejó de hablar tanto y pasaba escribiendo discursos y teniendo reuniones con los chicos a puertas cerradas, tú estabas conmigo en esas tardes donde nos enviaban a la construcción de villas mientras ellos seguían planificando.

Pieck asintió.

-Nunca entendí por qué nos mandaban a ese lugar, tampoco es que nos interesé hacer una revolución y mandarlos al carajo.

Sonreí apenas.

-Yo le hacía preguntas, pero él las pasaba. Luego en el barco releía las cartas de Historia y el semblante serio no se le iba, era de esperarse, íbamos a que nos mataran o que nos recibieran con policías locos. Pero... Mh, me siento estúpida pensando esto...

-Anda, dilo, te hará sentir bien -Apoyo su mano en mi muslo en apoyo al tiempo que se colocaba de costado.

-Pero... No era necesario ignorarme al 100% ¿Sabes? -Bajé la mirada sintiendo como las mejillas se sonrojaban al admitirlo en voz alta.- No era necesario dejarme con la palabra en la boca o no mirarme unos segundos como antes lo hacía.

En vez de sentirme mejor, me hizo consciente que estaba demasiado dolida con la actitud de Armin estos días. No me gustaba sentirme así, quería ignorarlo, dejarlo pasar, pero a la vez debía de buscarle una solución, no podía dejarme estar solo porque me sentía abandonada.

-Deberías hablar con él cuando tenga tiempo, arreglar las cosas, si no le dices, él no se dará cuenta.

-Él tiene mente y el futuro en otro camino, Pieck, yo no seré un estorbo, ya viví oculta muchos años y con demonios persiguiéndome mentalmente al estar encerrada en un cristal.

Historias Únicas [AruAnnie]Where stories live. Discover now