Vecina (Primera Parte)

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-Gracias por ayudarme con el mueble, no entiendo por qué no traen los números en las piezas para armarlo -Dijo Annie mirando el instructivo mientras yo terminaba de colocar las pegatinas que simulaban el tornillo del escritorio.

-Puede ser porque ahí está la pillería para que contrates el servicio de armado. -Comenté con gracia antes de colocar la última pegatina. Dejé las herramientas en el pequeño bolso que tenía encima de la mesa de centro de la sala del departamento de la señorita Leonhart.

-Lo bueno es que estabas en casa, si no, hubiera tenido que esperar a Berth que regresara de su viaje a Marley. -Dijo moviendo el escritorio para colocarla junto a la pared de al lado de su ventanal.

Ah, su novio.

-No creo que hubieras esperado, eres muy hábil e inteligente, siempre me lo haces saber en los juegos de consola. -Comenté cerrando el bolso de herramientas para tomarlo.- Listo, es hora de retirarme.

Annie se giró y me miró arqueando sus bonitas cejas rubias un poco más oscuras que su cabello casi platinado.

-No, te quedas a comer. -Dijo caminando a mi lado para quitarme el bolso del hombro, cosa que traté de evitar retrocediendo un poco.

-No, no, de verdad, no es neces-...

Fui interrumpido por el timbre.

Annie entrecerró lo ojos antes de caminar a la puerta.

-No quiero un no Arlert, desde que me mudé acá siempre me has ayudado en todo. -Dijo antes de abrir la puerta.- Oh... ¿Y esta sorpresa?

-Es una sorpresa, no te diré el motivo. -Dijo Bertholdt antes de inclinarse para besar a la rubia frente a él.

Ah, mayor motivación para salir de ahí.

-No quiero importunar... Hola Bertholdt... Nos vemos Annie. -Dije pasando al lado de ellos rápidamente saliendo del departamento para cruzar el pasillo e ir hasta la puerta del mío.

-¡Armin! No, espera, te prometo que te recompensaré por el escritorio. -Dijo Annie apartándose un poco de su novio y avanzar al pasillo.

Coloqué la clave de mi puerta para abrirla, al escucharla me giré dedicándole una sonrisa.

-No es necesario, es lo que hacen los vecinos ¿No? Buena tarde. -Dije antes de entrar a mi departamento.

Genial.

Dejé el bolso en el suelo al lado de la puerta antes de avanzar por el departamento. Entré en la cocina para tomar el hervidor de agua y colocarlo para comenzar a cocinar junto con colocar la arrocera a funcionar.

Tendré que descartar la esperanza de poder probar el guiso de calabaza de Annie.

Suspiré pesadamente tratando de desahogarme del intento fallido número cinco mil en poder pasar más tiempo con Leonhart e impresionarla.

El complejo de departamentos en el centro de la ciudad había sido construido hace relativamente poco. Al pasar casi siete años juntando el dinero para el pie para mi propia casa, pude solicitar el crédito hipotecario y terminar de juntar el dinero y comprar el departamento; ya llevaba dos años viviendo ahí. Podría decir que a mis 29 años disfrutaba de una vida de adulto independiente lo más idealizada, tenía mi título de biólogo marino, estaba haciendo un diplomado en investigación, tenía un departamento lo bastante amplio para tener mi habitación, una de invitados y la otra la ocupaba de despacho para trabajar, junto con un balcón amplio para pasar las tardes más relajadas mirando hacia las montañas cercanas de Shiganshina.

Pero hace un año había llegado mi vecina, Annie Leonhart y todo había cambiado.

Mis prioridades en la vida eran estudiar, trabajar, pasarla con mis amigos y pensar en viajar más adelante, bueno, eran prioridades que seguían, pero desde que ella llegó al edificio eran más las veces que me encontraba pensando en ella que en comprar boletos de avión para ir a Hizuru junto a Mikasa para las vacaciones de verano, invierno allá.

Historias Únicas [AruAnnie]Where stories live. Discover now