Manada (Parte 1)

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Iba a publicar esto en un libro nuevo, pero es cortito, tendrá solo tres partes, por lo que... ¡Llenemos el libro de muchos universos!


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Ya estaba resignado luego de tantos años sin poder seguirle los pasos a mis amigos, ya me había resignado a correr junto a ellos y poder asistir a la misma escuela o ir a los mismos campamentos. Mi familia pertenecía a esas tierras mucho antes que empezara la deforestación industrial y seguíamos ahí luego de tanta lucha por recuperar el territorio... Ahí estaba lo injusto, pertenecer a un lugar donde uno no encajaba por cosas inusuales. Mi familia era parte de una de las manadas más grandes al sur del continente, donde los ríos abundaban y la nieve en el invierno era todos los años, sus veranos soleados y tierra fértil para cultivar, ciudades cercanas para el trabajo y una reserva natural que teníamos que cuidar. Nuestra manada, estaba conformada por muchas familias, nuestro alfa, Erwin Smith era el lobo más sabio que había conocido, pero a su lado tenía a sus camaradas de confianza para liderar de manera centrada, gracias a él, yo aún podía pertenecer a la manada e ir a las reuniones junto a mis padres.

A mis 18 años, jamás he podido transformarme en mi versión lobuna, había llegado a pensar que era un simple mortal que le tocó nacer en una familia de lobos.

Los Arlert's siempre habían sido miembros de la manada, todos mis tíos, primos, abuelos y antepasados ancestrales habían sido lobos funcionales dentro de la comunidad, hasta que llegué yo. Todo iba bien hasta que, a los seis años, comenzando la escuela, no pude pasar ningunas de las pruebas físicas básicas que implementaban a los pequeños cachorros.

"Es una desgracia..."

"Bueno, siempre debe haber una oveja negra dentro de una familia tan emblemática"

"¿Será mal augurio? ¿Nos vamos a extinguir?"

Eran comentarios repetitivos cada vez que yo iba de la mano de mi madre a las reuniones, pero en esa instancia nuestro alfa salió a hablar en voz alta:

"Nadie se irá, nadie en esta manada puede ser una desgracia. No permitiré discriminación alguna, lobo que cometa aquel crimen, lobo expulsado de la manada".

Se había establecido un decreto en las leyes de la comunidad por mi nacimiento, pero en ese momento yo estaba consciente de todo, entendía los comentarios, entendía el contexto, el rechazo que tenían los cachorros por mí al no poder transformarme.

Mis padres jamás me negaron, me amaban con su vida, al igual que mi abuelo, mis pocos amigos, pero yo mismo comencé a aislarme poco a poco a la medida que crecía. Jugaba solo la mayoría del tiempo para que mis amigos no fueran mirados de manera extraña por juntarse conmigo; pedí a mis padres que me cambiaran de escuela a una normativa en el pueblo más cercano y me dedicaba ayudarles en las labores del taller mecánico que tenían.

Tenían que asimilarlo, era más humano que lobo.

Sin embargo, pasando las primeras noches del crudo invierno, mi cuerpo y mente habían tenido una discordancia entre sí, la luna creciente comenzaba a iluminarse con intensidad luego de un temporal en medio del bosque, la luz llegaba a las afuera del taller mecánico y se proyectaba en mí. Tenía un dolor de cuerpo terrible, sentía hormigueo por todos lados, me dolía la mandíbula y el estar erguido en mis piernas no era una opción. Comencé a salivar más de lo normal, pero el sonido de la bocina del auto de mi padre me sacó del trance que estaba teniendo.

-¡Hijo! Vamos, tu madre acaba de llamar que la cena está lista, sube -Dijo con una sonrisa bajándose del auto para ir hasta la caja de poder del taller y cortar la luz.

Historias Únicas [AruAnnie]Where stories live. Discover now