Historias Únicas [AruAnnie]

Traidor (Parte 1)

"¿Estás segura de esto?"

"Lo estoy, lo nuestro no da para más"

"Annie..."

"No quiero escuchar más Armin, las discusiones son frecuentes, no tenemos tiempo uno para el otro, además, te ves bien con esa chica de cabello castaño-.."

"¡Alto! Jamás te he sido infiel, no puedes-..."

"Ahí estamos de nuevo con las mentiras, Arlert"

"¿Mentiras?"

"Tienes tiempo para ella, pero para tu novia no ¿O es que acas-..."

"La que no tiene tiempo eres tú, la que me ha dejado plantado fuiste tú más de tres veces en menos de un mes y yo solo he esperado pacientemente... Yo te amo, nunca he mirado a nadie más ¿Acaso no entiendes?"

"No te creo, esto termina acá, además, en un mes salimos del instituto, mejor oportunidad no tenemos, así cada uno va por su propio camino"

"Annie..."

"Se acabó."

Así terminó nuestro noviazgo de adolescentes y comenzaron los siete años más solitarios que había tenido desde que mis padres murieron.

Jamás había aspirado tener una relación en mi adolescencia, mi prioridad eran los estudios, mis amigos, mi abuelo y mi futuro. Sin embargo, dos años antes de terminar la escuela, la amistad con Annie Leonhardt había pasado más allá de solo compartir algunos comics, recomendaciones de canciones puntuales y de asignación de trabajos en biología.

No lo podía creer, ella había sido la que se confesó primero en una fiesta bulliciosa en casa de Sasha, era todo mutuo, ambos nos sentíamos posesivos con el otro, aunque no tuviéramos nada oficial, pero después de esa noche, todo cambio.

Para nuestros amigos tampoco había sido novedad, las bromas de nuestra amistad siempre estuvieron, algunos de los chicos me daban tips para poder acercarme de forma romántica a ella mientras que las chicas solo me decían que me confesara y listo.

Fue un año maravilloso.

La amaba tanto.

Annie era una compañera incondicional, pasábamos las tardes juntos perdiendo el tiempo en la tienda de música o de comics, en los fines de semanas me acompañaba a las exhibiciones de los museos de ciencias naturales y yo la acompañaba a eventos de música alternativa. Conocí a su padre un día de invierno donde compartimos una botella de vino a consentimiento y cuidado de él, los tres después estábamos riéndonos de las anécdotas del señor Leonhardt en sus años de juventud.

Soñábamos con el mismo camino, con el mismo futuro. Pero, nada es para siempre.

"¡Traidor!"

"¡Sabía que no me estabas siendo sincero!"

"Sabes mentir muy bien... ¿No? ¿Te gustó reírte de mí?"

"Anda y muestrales a todos a tu nueva chica, anda, vayan a follar, yo me largo de aquí"

Todo se había ido a la mierda cuando me designaron como delegado de clase junto a Rose, una chica que había llegado de intercambio por seis meses desde Lior.