Mirada

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Era brillante ¿Un ser de luz? No, él siempre tenía sus matices, a veces era mucho más oscuro de lo que la gente pensaba de su forma de ser. Pero brillaba, tenía destellos únicos que me hacían mirarlo fijamente todo el tiempo.

Su nariz respingada, sus pómulos con algunas pecas que solo yo podía dar el crédito que estaban posadas en su piel. Su amplia sonrisa, aunque con frecuencia era una mueca por las situaciones que tenía que vivir. Sus ojos azules profundos, como se oscurecían cuando se enojaba o quería mandar todo a la basura, como brillaban cuando algo lo emocionaba, como brillan cuando me mira fijamente o me encuentra entre la multitud en pleno discurso. Y por último, sus cabellos rubios con esa tonalidad dorada que siempre se destacaba al sol, especialmente cuando lográbamos escaparnos uno o dos días a la costa y disfrutar del mar.

-¿Por qué lo miras tanto? No vaya a decir la gente que eres una psicópata -Dijo Reiner que estaba a mi lado haciendo como que "trabajaba".

-¿Acaso es un delito mirarlo tanto? -Cerré el portafolio que estaba ordenando.

-Puede ser, siempre andas mirándolo o poniéndote delante de él cuando alguien se acerca mucho.

-Es la cara visible de las naciones unidas ¿Quieres que lo maten? -Me paré de la silla para dejar todo en su lugar en el mueble.

-Ya te quiero ver respondiendo preguntas en la prensa. -Comentó con un tono casi de burla.

-Idiota, estamos casados hace dos años, la gente ya lo sabe. -Fruncí el ceño con evidente confusión del afán que tenía Reiner en molestarme con el tema siendo que fue él mismo que estaba llorando cuando firmamos frente el registro civil nuestra acta de matrimonio con Armin.

-Igual, yo creo-...

-Yo creo que deberías terminar tu trabajo y largarte de acá. Nos vemos.

Me dirigí nuevamente hasta la mesa donde estaba trabajando para tomar mi chaqueta y dejar a Reiner solo.

Si no era él, era Connie, si no era Connie era Pieck, si no era Pieck era mi padre y así.

¿Tanto lo miraba? ¿Tanto tiempo de mi día gastaba en solo delinear el perfil de Armin con la mirada?



-0-



-Han pasado unos días y hay algo que te quiero preguntar...

-Dime.

-¿Dije algo que te molestara o te hiciera enojar?

-¿Por qué lo dices?

Sus suaves manos se posaron en mis mejillas e hicieron que dejara de mirar las galletas que estaba decorando para mirarlo a él.

-Porque me has estado evitando todo este tiempo e incluso cuando estamos acá en casa.

Y ahí estaba, algo despeinado por estar descansando en el sofá donde tenía un motón de libros y papeles. Se notaba que venía despertando hace poco, sus facciones descansadas y la preocupación en sus ojos, sabía como se sentía, sabía que el no mirarlo iba resultar en algo negativo, pero... Ah, el estúpido de Reiner tiene la maldita culpa.

Dejé las galletas a un lado y lo miré fijamente, me limpié las manos en el delantal que llevaba puesto para posar mis manos encima de las de él.

-Reiner tiene la culpa.

Arqueó sus cejas totalmente sorprendido.

-¿Reiner?

-El otro día me dijo que te estaba mirando mucho y que parecía una psicópata.

-No eres una psicópata.

-Pero te miro todo el tiempo.

-¿Y eso está mal?

-La gente puede pensar que te quiero hacer algo, tal vez.

-Cosa que no es mentira a veces...

-Tienes raz-... -Entrecerré mis ojos antes de ponerle mi mejor cara de seriedad.- Eso no va al tema.

Su risa, ese suave sonido tan melódico apareció de un momento a otro por la jugarreta.

-Lo siento, mi error. Pero, a mi me gusta que me mires, no le debe importar a la gente. -Dijo tomando mis manos entre las suyas y entrelazar nuestros dedos, no le importaba si se ensuciaba o no con harina.

-Lo sé, pero tanto que me dicen lo mismo, hasta papá me dice que un día me tomara fotos en el instante que estoy como boba mirándote.

-Dile que me de copias.

-Arlert, lo digo en serio...

Armin se inclinó un poco para posar mi frente con la de él.

-Estamos casados, nos hacemos compañía y desde que éramos unos adolescentes nos mirábamos mucho, independiente los motivos. Pero quiero que sepas que me encanta saber que estas pendientes de mí, así como yo de ti.

Por inercia me acerqué un poco más para rozar la punta de mi nariz con la suya suavemente.

-A veces me caes muy mal.

-¿Y eso?

-Por lo tierno y guapo que puedes hacer al mismo tiempo y yo no tenga nada más que hacer que mirarte todo el tiempo.

La hermosa sonrisa apareció en su rostro. Su mirada fija en mí y la distancia se acortaba para terminar en un abrazo empalagosamente romántico.

Estaba muy bien, me encantaba la privacidad que nos daba nuestro hogar.

-¿Soy guapo?

-Muy...

-¿Muy?

Resoplé sin más remedio.

-Eres muy guapo, Armin Arlert, tan guapo que no puedo dejar de mirarte, aunque lo intente mil veces.

Una lluvia de besos llegó de un momento a otro; Armin se enteraba que yo no estaba enojada o molesta, solo lo encontraba MUY guapo. Por otro lado, debía de dejar de hacerle caso a las palabras del llorón de Reiner.

Podía mirar a Armin el tiempo y la veces que yo quisiera. Era mi esposo, era mío y era ideal para mirarlo por minutos eternos. 





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Cortito con mucho cariño para ustedes <3 

Sigo viva y con ganas de escribir, pero ser adulta menor está difícil. 


Historias Únicas [AruAnnie]Where stories live. Discover now