Capítulo 27: El día llego

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(Antepenúltimo capítulo)

Tras una larga jornada de trabajo, y ya habiendo culminado la misma, una castaña llegaba en un taxi a la casa de sus padrinos.

¡Gracias señorita! decía el chofer, tras recibir el dinero que la joven le dio.

La castaña bajo del taxi, y camino a paso firme hacia la casa de sus padrinos, una vez que estuvo frente a esta, toco el timbre de la casa, a los pocos minutos una mujer abrió la puerta.

Sanae, hija, expreso una hermosa mujer madura.

¡Buenas noches madrina! pronunció la nombrada.

Pasa hija, me alegra que hayas podido venir, agrego la mujer.

Logre terminar el trabajo, como comprenderás necesitaba dejar todo en orden, pues a partir de mañana corre mi permiso por mi boda y luna de miel, pronunció la castaña, mientras entraba a la casa de sus padrinos.

Claro hija, dijo la mujer.

Si pudiste venir, pronunció un hombre maduro que estaba en la sala al ver a la castaña.

Padrino, ¡buenas noches! como le dije a la madrina logré terminar con los pendientes temprano,..., contestaba la castaña.

En tanto:

Un joven de porte atlético miraba un sobre de papel que había puesto socio en su escritorio.

¿Y esto?, pronunció Kanda.

Lo encontré traspapelado entre mis documentos, como tiene tu nombre te lo traje, decía un hombre de vestimenta formal.

¡Gracias! contesto intrigado el joven de porte atlético, mientras tomaba el sobre en su mano.

A partir de mañana no vendrás, ¿verdad?, añadió el hombre de traje formal.

Así es, respondió Kanda, al tiempo que el celular de su socio empezó a timbrar.

Luego continuamos con la plática, pronunció el hombre antes de salir de la oficina.

El joven de porte atlético abrió el sobre, al hacerlo cayo un papel con un número. ¿Qué es esto?, pensó Kanda, mientras sacaba otro papel que había en el sobre el cual estaba doblado, lo desdoblo y empezó a leer el mismo.


Pensé mucho en dártelo personalmente o dejártelo escrito en un papel, y tras varios minutos de meditación opté por lo segundo, creí que era lo mejor para no incomodarte más.

Es mi nuevo número de celular, lo cambie hace poco, el otro ya no lo usaré, así soy yo, cada vez que decido darle un nuevo rumbo a mi vida, se me da por cambiar de número telefónico, eso sí procuro tener agendado siempre en este nuevo número a las personas que aprecio, y como tú eres alguien a quien aprecio, quise compartirte mi nuevo número de celular, ya que siempre es bueno conservar las amistades, ¿no?, y aunque yo tal vez no sea una amiga en sí de ti, al menos una conocida soy, y pensé que tal vez en algún momento podrías necesitar hablar con alguien o yo necesite platicar con alguien y tú podrías ser una excelente opción...


Tras algunos minutos Kanda termino de leer la carta, doblo la misma y la guardo en el sobre, luego tomo el papel con el número de celular, y lo agendo en el suyo.

Casa de los señores Sugimoto:

Una castaña escuchaba atentamente lo que le decían sus padrinos, mientras cenaban juntos.

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