Capítulo 1: Nada es eterno

234 16 4
                                    

Un joven de mirada meditabunda se encontraba en un café bebiendo una infusión caliente, mirando hacia la puerta de entrada del lugar, en un determinado momento otro joven entro al lugar, y al verlo camino a paso rápido a la mesa donde este estaba.

Ozora, disculpa el retraso, el entrenamiento se me prolongo un poco, decía el joven, mientras tomaba asiento frente al otro.

No te preocupes, comprendo, más bien gracias por venir Kanda, respondió el joven de cabello desordenado con cierta melancolía en su voz.

Tenía que venir así no seamos amigos, tenía que venir, me dejaste intrigado con tu llamada, ¿acaso le sucede algo a Sanae?, agrego preocupado el nombrado.

Por ahora no, pero lo más probable que en los días siguientes la veas devastada, acoto el joven con melancolía.

¿Devastada?, ¿pero por qué?, dijo intrigado Kanda.

¿La sigues amando?, pronunció en joven de cabello desordenado sin responder a la pregunta del joven.

¿Qué?, contesto confundido el joven de porte atlético.

Solo responde, añadió con firmeza Tsubasa.

¡Qué más da mi respuesta! ella te eligió a ti, contesto Kanda, con cierta amargura.

Kanda, yo ya no puedo seguir a su lado, dijo el joven de cabello desordenado.

¿Qué?, ¿por qué?, respondió confundido el joven de porte atlético.

Como bien dijiste cuando empecé mi noviazgo con ella la vida de una estrella no es sencilla, ahora lo sé, el tiempo es algo que no existe, al menos no para los tuyos, y ella no merece un noviazgo como el que hemos estado llevando estos últimos meses, solo viéndonos 1 a 2 veces al mes, y llevando solo nuestro noviazgo através de llamadas de solo minutos, pues por abocarme a mi entrenamiento para poder conseguir mi sueño, el tiempo siempre se me queda corto, yo sé que ella no me lo dice, pero ella sufre lo veo en su mirada cada vez que le digo hasta la próxima cita, y a mí me duele ello, por lo mismo he decidido terminar lo nuestro, pues todo será aún más difícil cuando me vaya..., agrego Tsubasa.

¡Te vayas! ¿a dónde?, respondió confundido Kanda.

A Brasil, dijo Tsubasa.

¡A Brasil! pronunció el joven de porte atlético.

Sí, a Brasil, desde niño soñé con ir a jugar en la liga brasileña, siempre estuve buscando una oportunidad para poder cumplir mi sueño, y tras tantos años de esfuerzo y dedicación en el fútbol un cazatalentos me llevará con él, respondió el joven de cabello desordenado.

Pues ¡Felicitaciones! yo más que nadie se de tu talento y de todo lo comprometido que eres en tus entrenamientos, pues estudiamos en la misma escuela desde niños y siempre te considere un campeón, pero lo que no comprendo es ¿por qué renunciar a Sanae?, ¡tú la amas! dijo Kanda.

Sí, la amo, y tal vez nunca dejé de amarla, pero como te dije, sé que ella sufrirá mucho con la distancia, por ello prefiero terminar lo nuestro, ella merece a alguien que este junto a ella siempre, y yo por ahora no puedo ofrecerle ello, tampoco puedo llevarla conmigo, no tengo nada aún que ofrecerle, además acaba de iniciar una carrera, la carrera de sus sueños, sus padrinos no me lo perdonarían si le pido que me acompañe en este sueño, y tampoco puedo pedirle que me espere hasta que llegue a la cúspide de mi carrera, ello sería bastante cruel, suficiente ha tenido este año, teniendo conmigo un noviazgo tan complicado, respondió Tsubasa con nostalgia.

Claro te comprendo, Sanae nunca te dijo nada, pero de verdad si le afecto que ya no tuvieras el tiempo de antes para ella, por estar en tus entrenamientos, contesto Kanda.

INEVITABLEWhere stories live. Discover now