Capítulo 11: Mi nuevo destino

83 12 17
                                    

Una castaña tras un largo día de arduo trabajo, tomaba su cartera, para salir de la oficina.

¿Ya se va jefa?, pronunció una joven de cabello negro largo, que estaba fuera de la oficina que desde hace 2 años atrás ocupaba la castaña, desde que fue promovida a jefa de su área.

Sí Harumí, tú también ya puedes retirarte si ya no tienes pendientes, decía Sanae.

¡Gracias jefa! y si ya terminé con todo mi trabajo, pronunció la joven.

Entonces, también puedes irte, agrego la castaña sonriendo, luego de ello continuó su camino.

Minutos después:

Sanae abordaba un auto, mientras dentro de este un hombre de porte atlético la miraba dulcemente.

¿Qué tal tu día?, lleno de trabajo de hecho, decía con calidez Kanda, mientras se acercaba a la castaña, para ayudarle a colocarse el cinturón de seguridad.

¡Gracias! siempre tan amable, pronunció la castaña.

Más que amabilidad es amor, dijo Kanda, haciendo sonrojar a la castaña.

¡Qué cosas dices Kanda! contesto Sanae.

Solo la verdad, yo ¡te amo! no es un secreto para ti ello, ¿no?, puesto no es la primera vez que te lo digo, es más hasta ya perdí la cuenta, respondió Kanda sonriendo haciendo que la castaña se sonroje más, mientras encendía su auto, al tiempo que agregaba: A pesar de no ser una adolescente, te sigues comportando tan tímida aun cuando se trata de una cita, aunque ello es lo que hace inevitable dejar de amarte.

La castaña, no dijo nada, solo dirigió su mirada hacia la ventana, mientras su amigo sonrió y empezó a manejar, al tiempo que empezaba a comentarle sobre un proyecto que tenía en mente.

España:

Un joven de cabello desordenado entraba a un restaurante, al tiempo que, desde una mesa, una hermosa joven de piel bronceada y ojos verdosos, le elevaba una mano.

Tras algunos minutos, Tsubasa llego a la mesa que ocupaba la joven, quien, al verlo tras elevar su mano, se puso de pie, para segundos después al estar frente al otro joven, ambos se fundan en un fuerte abrazo.

¡Disculpa si interrumpí tu practica! decía Larissa, tras romper el abrazo, para segundos después tomar asiento al igual que el joven de cabello desordenado.

No, no has interrumpido nada, la practica ya había culminado, nos dieron un par de horas, para ir a almorzar, yo pensaba ir con los chicos, pero ya que llamaste, no podía desairar a una buena amiga, ¿no?, además tienes mucho que contarme, ¿Cómo te fue por Francia?, respondió Tsubasa.

En lo laboral de maravilla, pero en lo sentimental no me fue tan bien, ¿recuerdas del francesito que te comenté?, decía con cierta nostalgia Larissa.

Claro, cada vez que me hablabas de él, solo decías cosas positivas, agrego el joven de cabello desordenado.

Así es, solo decía cosas positivas porque es una gran persona, es más me recordaba mucho a ti, pero tenía un pequeño defectillo, pronunció con nostalgia Larissa, haciendo una pausa para acotar: Hasta en ello se parecían. Él no podía olvidar a su primer amor, y por lo mismo, lo nuestro tampoco funciono.

¡Larissa! dijo Tsubasa con nostalgia.

No te estoy reprochando nada Tsubasa, él ni tú tienen la culpa de no poder dejar de amar a sus primeros amores, tal vez yo soy la de la mala suerte, porque siempre pongo los ojos en la persona equivocada, añadió la joven.

No sé qué decirte, contesto el joven de cabello desordenado con sinceridad.

No digas nada, con que me escuche es suficiente, además como ya te dije, tú ni él tienen la culpa de no haber podido olvidar a su primer amor, lo único positivo de mi corto romance con él, fue que, gracias a mí, él pudo recuperarla, agrego Larissa.

INEVITABLEWhere stories live. Discover now