CAPITULO 47

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Gresca.

Ilya.

Mi mirada recae en los tres Petrov que ingresan a la sala, destilando altivez en cada paso y adueñándose de la atención de mis invitados, como si los anfitriones fueran ellos.

No sé a que quieren jugar, pero no saldrán vivos de mi palacete si no cumplen con lo pactado anteriormente. Es de idiotas intentar desafiarme en mi fiesta, frente a mis invitados y pensar en salir como si no hubiera pasado nada.

Desvío la mirada hacia mi vaso de whiskey y me lo bebo todo en un solo trago, fijándome en Eydan, quien se acerca a mí para ubicarse con diplomacia a mi lado y fijar la mirada en los tres idiotas que se atrevían a irrumpir en mi jodida fiesta.

—Los Petrov están aquí, ¿acaso tienen algún tipo invitación especial de la cual deberíamos saber? —interroga Eydan enarcando una ceja, y sé muy bien cuáles son sus intenciones con la pregunta.

Al parecer, está sospechando algo.

—No lo están, pero si quieren hablar de negocios estoy abierto a analizar la situación—replico sin apartar la mirada de Silas Petrov, el ¨líder¨ de la manada Petrov quien se atreve a dirigirle la palabra a Hela, recorriéndola con sus asquerosos ojos de depravado.

Desde luego que no creo que los Petrov estén aquí precisamente para hablar de negocios luego de lo sucedido con Ezra, pero eso no es algo que Eydan deba saber.

—Los Petrov nunca estuvieron autorizados por Anton para hacer ningún tipo de transacción con ellos, bien sabes que están vetados por una buena razón, ¿Por qué coño están aquí? ¿Es cierto que el negocio fallido de Ezra estaba vinculado con el clan? Responde—vuelve a sonsacar Eydan, con más ímpetu y no puedo ignorar el tono que uso al dirigirse a mí.

La rabia inunda mi sistema, y no fue precisamente por la pregunta, si no por el tono que utilizó al hacerla, abro la boca para ponerlo en su maldito lugar, pero la gélida voz de Jarek me interrumpe.

—Eydan tiene razón, ¿qué es lo que ocultas con los Petrov, Ilya? —indaga con una mirada hostil, haciéndome entender que sabe de lo que habla.

No entiendo precisamente a que juegan los miembros de mi familia, pero estoy hastiado de sus malditas preguntas fuera de sitio, ya es hora de que conozcan su lugar y comiencen a respetar las decisiones y acciones de líder.

Joder.

—¿A qué coño juegan ustedes dos? No recibo ninguna puta exigencia de nadie, y bien saben que me importa una mierda que tan hermanos míos sean, no me jodan si no quieren terminar con una endemoniada bala en la cien—suelto firme, evadiendo el interrogatorio y levantándome del asiento dejándolos con la boca abierta, para caminar hacia Silas y sus perros falderos.

Nadie podía saber del negocio con los Petrov. Dicho trato era con Ezra y solamente Ezra, trato que caduco cuando la maldita policía nos jodió el negocio, por culpa del mencionado imbécil que no se cuidó lo suficiente la espalda y termino en una de las tantas morgues de la Interpol.

Ezra era un hombre extremadamente cuidadoso y meticuloso cuando de negocios y buen dinero se trataba, por lo que era un tanto ridículo que la Interpol lograra lo que logró. Estuvieron tras nuestro por años y nunca lograron más que migajas, migajas que nosotros mismos plantábamos y manipulábamos a nuestros antojos.

Desde que el informe que relacionaba al clan con el negocio fallido del ACM salió a la luz, todos han estado comportándose a la defensiva e intentando sonsacar información al respecto.

Como si supieran algo que no deberían y querían confirmarlo.

Y el que los Petrov se aparecieran en mi reunión lo hacía doblemente sospechoso.

Al límiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora