CAPÍTULO 23

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Inesperado. 

—¿Por qué se me hace que es idéntica a la caja que robaron en el burdel de Ilya Ackermann? —se pregunta Dagger.

—Porque es idéntica—replica Meera rodando los ojos—. ¿Por qué Kohl tendría una caja fuerte idéntica a la de Ilya en este lugar?

—Tal vez porque la otra no era la original—indico.

—Era una réplica.

—Exacto.

—¿Están diciendo que la caja a la cual intentaron robar era una réplica de la original, por lo que los atacantes no lograron llevarse nada? —sondea Klarsson.

—Si.

—Pues parece cierto—añade Bordeau.

—Tenemos que revisarla—digo mientras analizo el sistema de seguridad de la caja. Al parecer tenía un sistema de codificación numérica junto con un panel para ingresar huella dactilar. Genial.

—Sera difícil desbloquearla. Tiene un panel para huellas—explico mientras rodeo la caja para seguir analizándola.

—Tenemos que llevárnosla, ya luego veremos como la abrimos— habla Ferrara pasándose una mano por el cabello, fijando su intensa mirada en mí.

—¿Pero ¿cómo haremos para llevárnosla? —cuestiona Ivanov—. Es enorme, y pesada. Necesitamos otro transporte para poder sacarla de aquí.

—El transporte debe ser discreto, para nada llamativo. O podríamos levantar sospechas.

—Tienes razón.

—Podría ser un camión de basura. Nadie sospecharía de un vehiculo como ese—sugiere Klarsson sin desviarla mirada de la caja.

—Es una buena idea, hablare con Schneider para que nos mande algún transporte—aviso mientras me dirijo al coche de Massimo en busca de mi teléfono. Para mi suerte no se encuentra bloqueado, ingreso a este y rebusco en mi bolso hasta encontrar mi móvil. Permanezco dentro del vehiculo cuando marco el número de Schneider y comienzo a llamarla.

—Tasha, ¿qué sucede?

—Necesitamos que nos consigas un camión de basura, y nos lo envíes cuanto antes a las coordenadas que encontramos en la billetera de Kohl.

—¿Qué? ¿Para qué? —inquiere confundida.

—Encontramos una caja fuerte en la propiedad, y necesitamos llevarla al depósito de Ferrara con la mayor discreción posible—explico rápidamente.

—Bien, hare todo lo posible para que ese camión vaya para allá lo más rápido posible.

—Genial, adiós.

—Adiós—al escuchar lo último finalizo la llamada y me dispongo a intentar salir del vehiculo, pero el ver dos camionetas negras aproximándose y frenando agolpada mente en medio del camino, desconfió y decido quedarme dentro.

Ocho hombres vestidos completamente de negro bajan de los vehiculo con armas de alto calibre en mano y se dirigen hacia la abertura que mi equipo realizo para adentrarse a la propiedad.

Joder, ¿Serán hombres de Ilya?

Rápidamente marco el número del italiano para advertirle, pero me decepciono al notar que dejo su móvil dentro del coche. Llamo a Meera y para mi suerte me contesta rápidamente.

—¿Black?

—Unos hombres armados están ingresando a la propiedad, estén alertas y acábenlos—digo lo último y finalizo la llamada para deponerme a buscar las armas que Ferrara decía tener dentro del coche. Me rebusco bajo los asientos y para mi suerte me encuentro con un M16 y un subfusil uzi automático.

Al límiteTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon