CAPÍTULO 8

288 30 6
                                    

Sensaciones peligrosas. 

Horas después.

Al parecer Schneider se tomó muy enserio lo que le he pedido, ingresé en la sala y me encontré con cuatro agentes a quienes desconozco sentados alrededor de la mesa esperándome.

Claramente antes de que Gretchen los convocara, me ha facilitado sus nombres y me he tomado el tiempo de investigarlos minuciosamente, al parecer todos eran excelentes agentes y tenían todo en orden. Me encantaría tener un listado de nombres de personas de confianza aquí en Alemania, pero lastimosamente no lo tengo y me tocara confiar en otra persona, porque Ferrara y yo no podemos hacer todo solos. Si así fuese no terminaríamos la misión nunca.

—Buenos días, Soy la agente Tasha Black, la persona que le pidió a la agente Schneider que los convocara—me presento adentrándome a la sala repasándolos con la mirada.

—Buenos días—respondieron al unísono fijando su atención en mi persona.

—Agente Black, estas son las personas de confianza que me pidió que trajera. Ellos son más que capaces para conformar un nuevo de equipo y están más que predispuestos a ayudar en la investigación—comenta Schneider hablando pausadamente para luego acomodarse los lentes—. Ellos son: Meera Ivanov—señaló a una castaña de piel morena, ojos aceituna y cabello levemente rizado, sus facciones exóticas eran innegablemente latinas. Su rostro se encontraba serio con toda la atención puesta en Schneider—, Said Karlsson— señaló a un rubio de ojos grisáceos, quien lucía fornido y elegante enfundado en un traje gris que le resaltaba los ojos, era guapo—, Jack Dagger— señaló a un chico de cabello castaño y ojos miel, quien tenía facciones más aniñadas pero sin dejar de lado lo varonil, estaba vestido más casual pero a leguas podría notarse que tenía un cuerpo trabajado—, y Ava Bordeau—culmina la castaña señalando a una pelirroja de tez pálida y ojos marrones. Aunque su apellido gritaba su nacionalidad europea sus rasgos faciales se hacían notar de sobre manera, tenía un rostro refinado.

—A sus órdenes—hablaron al unísono expresándose en alemán. Yo les dedico un leve asentimiento con la cabeza para tomar asiento al lado de Klarsson.

—Bien, comencem...— no pude terminar la oración porque fui interrumpida por el italiano insoportable que tenia de compañero.

¡Joder!

—¿Que mierda es esto, Black? —ladro frunciendo el ceño al adentrarse bruscamente a la sala. Se encontraba escrutándome con una mirada molesta que podría darle miedo a cualquiera. Digo cualquiera porque a mi no, con sus miradas llenas de enojo y rabia no hace ni que me tiemble el meñique.

—He olvidado informarte—me excuso desviando la mirada—, le he pedido a Schneider que reclutara a personas de su total confianza para que nos ayudaran con el caso Ackermann—puntualice.

—Bien, ¿y ustedes son?—interroga repasando con la mirada a los agentes quienes se encuentran tomando asiento alrededor de la mesa.

—Nos presentaremos luego, ¿bien? — sugerí señalándole el asiento que se encontraba vacío a Massimo, quien milagrosamente asiento sin refutes y tomo asiento.

—Genial, como estarán enterados. Los Ackermann son los que tienen más peso en el negocio de trata de personas. Y nos han reclutado hasta aquí para acabar con ellos. Es por eso que he requerido de su ayuda, y espero que nos sean leales; tanto como al agente Ferrara y a mí—rápidamente lo mire de soslayo para seguir—. Hemos logrado conocer a los Ackermann y vimos de cerca el negocio, el cual es totalmente horrible. Recolectamos datos de suma importancia, y hay algunos cabos sueltos que necesitamos investigar; espero que estén al tanto del clan Ackermann y todas sus acciones, si no es así hare que les acerquen el expediente del caso para que se pongan en corriente.

Al límiteWhere stories live. Discover now