Extra: 1/2.

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Antes de conocerse.

LA JUSTICIA DIVINA

La noche es fría pero cada vez más la tormenta de nieve azota con fuerza todas las ventanas de la gran bodega. Viktoria no se inmuta cuando el primer grito desgarrador sale de la boca de su padre y mucho menos cuando escucha las maldiciones y amenazas de una Alexandra siendo ultrajada de la peor y más dolorosa aún como ser violada por varios hombres.

Alexandra solo deseaba que ese infierno en donde la metió la hija de puta de su hijastra se acabará lo antes posible, ella estaba convencida de que sus hombres en cualquier momento iban a venir porque su esposo era "EL BOOS" y sabía que muchos de sus aliados los estaban buscando o eso creía ella. En cambio Daniell solo veía a su hija con ganas de matarla más no, se estaba preocupando por los gritos de su esposa. Nada le importaba más que él mismo, cada golpe lo recibió con una oración o insultó diferente de una Viktoria muy enojada y resentida con ganas de incendiar el mundo.

— Papi — el hombre moribundo la fulmina con la mirada, ¿por qué maldita razón engendre a esta bestia? Se cuestionó Daniell en medio de gruñidos cuando el látigo azotaba su espalda desnuda.

«—¿Crees que es justo que yo haga esto? No sientes ni un poco de compasión por lo que me hacías hasta hace poco, papi.

La palabra solo se deslizaban sola por la boca de Viktoria, se sentía en el aire y evitaba pensar de más para no quebrarse antes de tiempo y mucho menos delante de sus rehenes.

Ella no sentía nada por ese hombre porque lo único que veía era a un hombre ambicioso de poder mientras que Daniell añoraba soltarse y matarla él mismo con sus propias manos... pero ¿Qué haría para soltarse cuando estaban a las afueras de Moscú en una maldita bodega que estaba a nombre de su hija?

Podemos negociar hija — dijo en medio de un jadeo.

— Te conozco muy bien papi — respondió Viktoria segura de sí misma.

Años estudiando a su padre, cada mínimo movimiento, segundo y sus amigos. Daniell Románov era un hombre impredecible, impulsivo y calculador, la paciencia no estaba de su lado y mucho menos cuando lo hacían enojar como en este preciso momento.

— ¿Estás segura de que me conoces Маленькая Виктория?

Daniell niega sonriendo de lo estúpida que se ve su hija en el papel de mafiosa chimba.

— Cada paso que dabas yo también los di papi — dice Viktoria calmada — Creaste una maldita bestia que solo tiene sed de sangre.

La daga se deslizó con una gran velocidad sobre la pierna de Daniell, incrustándose con mucha profundidad.

«— La vida es injusta papi, me encantaría demostrar lo mucho que te odio y te desprecio pero se que mis minutos están contados.

Daniell mira todo con atención enfocándose en la pistola que apunta su frente.

— Dispara — la palabra es agridulce pero fue la única que fue capaz de decir — Mata a tu papi Маленькая Виктория.

Ella sonrió sin temor alguno mirando los ojos de su padre por última vez, recordó los tres recuerdos felices que tuvo con él, recordó cada tortura, cada miedo que él le enseñó a ocultar, cada palabra, cada número... recordó todo como si se tratara de un maldito video feliz.

Я люблю тебя, папа — escupió Viktoria con rabia.

La pistola en sus manos no pesaba como era de costumbre, ella esta vez estaba liviana y al momento de disparar sacó otra arma adicional apuntando a la frente de su esposa. Alexandra tembló de pies a cabeza, movió su cabeza repitiéndose que esto era un maldito sueño de mal gusto, juro hasta que era una puta broma de la mujer que la apuntaba; no se creía todo lo que esa mujer estaba haciendo. Nunca pensó morir por aquella mujer.

Los dos disparo retumbaron con fuerza en la frente de los dos desgraciados que arruinaron su vida, ya estaban muerto y se sintió en ese momento sin un peso en sus hombros, los mando al infierno donde tenían que estar desde un principio.

Al otro lado de la ciudad Lexa Románova se preguntaba «¿Por qué padres se tardan mucho? Ya es su hora de llegar» ella no se imaginaba ni de cerca lo que estaba pasando. Recorrió toda la mansión preocupada, caminando de un lado a otro y ellos no daban señales de vida y recurrió a su mejor amigo Igor, marco su número y tampoco contestaba.

Lexa sentía mucho miedo y no le importaba demostrarlo, siempre demostraba sus emociones; el timbre de su casa sonó y ella corrió como si su vida dependiera de eso pero cuando abrió la puerta encontró a un Igor recién bañado y alegre si es que se le podía decir a aquella mueca que traía.

— Hola mi amor — ella lo beso con un apasionado beso.

Igor se sentía familiarizado con la boca de Lexa, su amor prohibido; ellos dos sabían que no podían pasar los límites que les habían impuesto sus padres pero en cuestión del amor nadie manda y mucho menos en Igor.

Ellos subieron directo a la habitación de Lexa pasando por la de Viktoria que yacía vacía y carente de calidez porque su hermana se había mudado a Noruega hace un año y no sabían nada de ella pero Daniell sabía perfectamente donde se encontraba su bestia y verdugo personal. A Lexa se le olvidaron todo tipo de preocupaciones cuando por fin se decidió al darle su virginidad al mayor de los Ivanov; no le importo más que su amor, se olvido de todo en aquella habitación.

Por otro lado la prensa estaba estallando cuando la policía reportó la muerte del presidente de Rusia y de la primera Dama, «¿Como sucedió esa gran tragedia?» se preguntaba la prensa. Los detectives estaban recolectando las pruebas del inoportuno accidente que los sacó de sus casas a altas horas de la madrugada y con una tormenta de nieve, a ellos solo le importaba terminar rápido por el frío insoportable que hacía y así fue.

Viktoria veía todo desde la lejanía de su ático en el centro de Moscú, bebiéndose una copa de vino antes de la tormenta en la mafia que se avecinaba. Odiaba con su corazón a su hermana pero tenía que buscar una solución lo antes posible y matarla estaba en sus planes. La botella de vino a medio acabar se quebró cuando Viktoria la dejó caer en la alfombra blanca que se tiñó inmediatamente de color rojo dando a morado pero solo se concentró en su ropa llena de sangre a unos metro de ella y de su desnudez porque antes de que se quebrara la botella sonó el timbre de su ático.

Nadie sabía que ella vivía allí...


CONTINUARÁ.

El Boss [UR 01]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz