Capítulo 23: Dispara.

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Viktoria Románova


Al entrar al club lo que habían era putas, desnudas y demás, habían hombres consumiendo con putas en sus piernas. Camine directamente hasta las escaleras que daban al segundo piso sabiendo que mi esposo no le gusta respirar el mismo aire que la gente corriente.

— Señorita esta área es privada — dijo el señor que cuida la entrada y abrí mi bolso sacando mi glock de oro blanco.

— Soy la esposa del Boss — dije y se quitó temblando.

Subí las escaleras lentamente pero con mi arma en mi mano derecha, y al entrar estaba sucediendo lo que me imaginaba desde un principio; cargue el arma y solté cuatro disparos directo a la cabezas de las cuatros putas dejándolas muertas en el acto y los susodicho se mancharon de su sangre

— A la casa Gregory — le ordené y él no se movía de su lugar solo que se quitó a la puta de encima.

— Me estás diciendo algo — dijo como si no hubiera escuchado nada.

Me acerque a él y le apunte a la cabeza sin miedo a que me hiciera algo.

— Nos vamos por las buenas o por las malas tu lo decides — dije pero él sacó la suya y me apunto también.

— Te vas sola o te mato para que te vayas con ellas — contraatacó y su armas se hundía en mi frente.

— Mátame — lo rete —, no que eres un machote que todo lo puede.

— Oigan no creo que así se puede resolver esto — dijo Igor preocupado y Gregory se levantó intentando intimidarme con su postura gigante.

— Cállate y váyanse ahora — ordenó Gre pero ellos solo se alejaron — Dispara, venga te estoy esperando — baje mi arma pero antes dispare al lado de su cabeza y la bala le rozo la oreja.

— Vámonos ahora — volvi a decir viendo cómo sangraba su oreja.

— Vete a ti nadie te tiene agarrada — dijo y bajó su arma sin importar la sangre que salía de su oreja.

— Deja de estar metiéndote esa mierda que te está dañando el puto cerebro, y cuando yo te diga algo eso lo tienes que hacer — dije y su mirada irradiaba odio puro, lo jale por la camisa que tenía abierta.

Pero él me jalo a su cuerpo abrazándome por el cuello y me apuntó de nuevo con el arma, sus brazos me cortaba el aire y apenas respiraba bien.

— Te odio — susurró en mi oído y se notaba que estaba pasado de droga y alcohol.

— El sentimiento es mutuo — dispare a un lado de su pie sin importar que el quisiera matarme con sus brazos.

— Miren creo que se tienen que calmar. — dijo está vez Alek.

— Te callas — le siseé a Alek, tenía rabia que realmente no iba dirigida a él pero por bocón se la ganó.

— Te crees muy mandona no — gruño Gregory en mi oído, cada vez más me apretaba a él y sentía todo de él.

— Soy muchas cosas y no las querrás conocer — dije de vuelta.

El Boss [UR 01]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora