Capítulo 22: Otra vez.

825 51 0
                                    




Viktoria Románova


Yo lo había matado era imposible que el estuviera muerto, tengo que verlo con mis propios ojos para saber que está vivo y entender el «¿por qué?», si el verdaderamente está vivo supo jugar conmigo en mi propio tablero.

— Igor apliquemos el plan B — ordenó y el se fue del despacho — todo estará bien preciosa.

Camine y lo abracé aspirando su aroma fuerte, se que después de todo acepte que para poder sobrevivir tengo que estar con Gregory y estar de su lado como un soldado más.

— Yo lo mate — susurre contra su pecho —, el murió con Oksana.

— Tenemos que verlo primero para confirmar que es él — suspiró y su mano estaba en mi cabeza acariciando mi cabello — ¿Por qué mataste a Oksana?

— Asuntos personales — respondí y me aleje de él pero en su mirada había burla.

— Está bien puedes decirme qué la mataste por celos porque yo me acosté con ella — «¡¿Espera qué? En qué momento sucedió eso!»

Me acerque a él y lo abofetee, pero su mirada era de puro descaro.

— ¿Lo disfrutaste al meno? — cuestioné riendo.

— ¿Qué? — preguntó con verdadero desconcierto.

— Matar a tu hijo — lo solté así de fácil y verdaderamente no mostró arrepentimiento alguno en su mirada.

— Lo disfrute tanto como cuando te follo a ti querida futura esposa — dijo y se acercó en su faceta de cazador.

— ¿Era tuyo si o no? — pregunté y su boca estaba a centímetros de la mía.

— Sí — contestó.

— ¿Matarías a Valentino o a los que tengamos en un futuro porque sí? — su mirada era distinta y pude ver que era un caso muy distinto.

— Jamás lo haría porque Valentino es tuyo y los otros también serían tuyos — contestó y me beso al fin, con eso confirme lo que ya sospechaba y es que yo soy una pequeña excepción en su vida.

Quizás soy como una grieta en su vida que no quiere eliminar, y él tiene razón porque si yo llego a tener un hijo aparte de Valentino sería mío o en el caso de que me separé de él me quedaría con el pequeño Valentino. Sus manos gigantes empezaron a recorrer mi cuerpo y cada vez más acercaba mi cuerpo al suyo pero de repente paro y no me siguió besando.

— Eres mi luz — susurró cerca de mi oreja y sonreí aceptando lo que tanto me discutía a mí misma.

— No te amo ni un poco pero te odio con mi vida mi Boss — dije y él me apretó contra él.

— El sentimiento es mutuo preciosa — reí con él y me levanto por los muslos —. Tenemos problemas más graves que resolver antes de ir a cazar a la rata de Gael Lombardo.

— ¿Problemas como qué? — pregunté pero yo sabía el doble sentido de su comentario.

— Tengo que complacer a mi querida mujer del diablo porque si no, ella se cabrea solo porque no la folle antes de salir de casa — contestó con un brillo de burla en su mirada grisácea.

El Boss [UR 01]Where stories live. Discover now