Capítulo 12: El deseo de poseer lo que es mío.

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Viktoria Románova

¡Yo no estoy celosa!, Solo molesta o eso creo ¿pero si llego a estar celosa, significa que él me gusta?. Negué lentamente, pasmada y confundida.

— No y alejate — me separé de él y entre en el hotel que él me regaló, que por cierto no me gustan los regalos así de extravagantes.

El gerente del hotel me presentó a los trabajadores que note que estaban asustados con mi bebé Zeus.

— Zeus — lo llamé, él estaba acostado en uno de los muebles del living.

— Vámonos — dijo Gregory y se notaba que había vuelto a su actitud de Boss.

Camine a su espalda y subí a su deportivo que empezó a manejar a una alta velocidad y sus brazos estaban tensos ¿Ahora qué le sucede?, ignore su actitud y llegamos a la pista de aterrizaje.

— ¿Volveremos a Rusia? — pregunté.

— No — respondió serio y bufé, eso era lo único que se me daba bien en este último mes. —, espera aquí — dijo al bajar del auto.

Lo seguí con la vista y una mujer bajo del jet seguido de ¿Ivanov? ¿Esa es Lexa?, Baje del auto corriendo a ellos.

— ¡Igor! — me lance a sus brazos emocionada.

— Pensé que está guerra nunca iba a acabar mi niña — me levantó y Gregory carraspeo, Igor me soltó y Vi a Lexa con el pequeño Viktor en sus brazos.

— Lexa — chille dando saltitos a su lado.

— ¿Desde hace cuanto no sale? — se burló Igor.

— Mejor cállate — dijo Gregory.

— Veo que a mí nadie me abraza — dijo una voz que yo reconocía muy bien.

— ¡¿Iván?! — pregunté atónita. — Por Dios es Iván, Gre — le jale el abrigo a Gregory y corrí a los brazos de Iván que me esperaban ansioso.

— Mi niña chiquita — me beso las mejillas con amor.

— Te he extrañado tanto Iván — chille, con lágrimas en los ojos y sentí como mis pies dejaron de tocar el suelo separándome de Iván. — Bájame — grite y él que me tenía cargada era Gregory.

— Nos vemos en la casa — dijo Gregory, yo iba como un saco de papa en su hombro.

— Eres un... — no me dejó terminar ya que me metió en el auto y me abrocho el cinturón.

— ¿Un qué? — preguntó con una sonrisa ladeada, su cara estaba cerca de la mía.

— Un imbécil — respondí sin miedo y él impacto su boca contra la mía en un beso de posesión con lujuria, le segui el beso enrollando mis manos en su nuca atrayendolo a mi, sentía sus manos abriendo paso entre mis piernas debajo de mi abrigo, tengo tanto deseo de poseer lo que es mío.

— Nos están viendo — gemí en sus labios, sus manos estaban cada vez más cerca de mi punto que era donde lo ansiaba con una desesperación que me abrumaba.

— Que vean, así saben que tú eres mi maldita mujer — me mordió el labio inferior tan fuerte que me lo rompió, pero eso no me importo porque necesitaba su mano en el punto.

— Follame — exigí mirándolo directo a sus ojos grises que estaban brillando por el deseo y la lascivia.

— ¿Quieres que me hunda en tu rosado coño? — preguntó divertido y asentí besándolo, después él se estiró a su puesto y lo echo hacia atrás y se sentó conmigo encima.

El Boss [UR 01]Where stories live. Discover now