Capítulo 32: A la espera.

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Desconocido


Mirarla y ver su cuerpo espectacular a través de su vestido de novia era como un alucinógeno para mí sistema, pero algo de su cuerpo llamó mi atención como ninguna otra cosa la ha llamado antes, ella estaba embarazada, estaba esperando hijos de ese engendro nefasto.

Se que con ella no tendría oportunidad porque ella es un alma pura y yo soy una que ni manera de describirla porque soy una echa basura, él la a podido tener solo por un capricho de llevarme la contraria, él no la ama como lo hago yo y eso el lo sabe; no quiero ni imaginarme él porque la embarazo. Es asqueroso imaginarlo con ella, no lo concibo, solo quiero alejarla de él lo más rápido posible antes de que ocurra la desgracia, aunque tengo que esperar a que nazca esa criatura nefasta como su padre porque si ella llega a estar conmigo la quiero limpia de ese engendro.

— Concéntrate y deja de pensar en cosas inútiles que no nos sirven para nada — dijo la que supuestamente es mi madre pero como el encanta que me la folle.

— No vengas con lo mismo — dije irritado.

— Ya sabes lo que tienes que hacer — susurró en mi oído, ella pensaba que sonaba de lo más sensual pero suena más asqueroso.

— Lárgate — exigí pero no se movía —, vete ahora mismo del país y desaparece de mi vista.

— Pues no, no me voy a ir si antes darme lo que me pertenece — exclamó de forma arrogante.

— Yo no te pertenezco — dije.

— Eres mío — parecía una mocosa irritante.

— En cuatro contra el escritorio — ordené antes de que me empezara a dar migraña con su voz irritante.

La muy descarada obedeció y subió su vestido negro hasta su cadera, la condenada no traía nada de bajo, su culo era redondo y voy admitirlo, ella está realmente buena de pies a cabeza. Los años no le han pasado factura y su coño me exprime como a una uva, ella es la definición de delicia pero no tanto como mi alma.

Enfunde mi polla en un condón, y se la metí por detrás haciendo que soltara un chillido de dolor, entre completamente en ella y empecé con el vaivén, ella gemía mi nombre y jadeaba, le empecé a dar más duro por irritante y se callo la boca de golpe sabiendo la amenaza, por suerte su esposo no le había quitado la virginidad del culo y me quedaba algo que yo pudiera decir que era mío, pero a la vez fue lo peor que hice porque la mujer no se me quiere despegar sino que dice «¡Dame más duro!» es irritante pero cuando quiero la tomo a mi manera y donde sea.

— Mi esposo viene ahorita — dijo agarrándose con la madera del escritorio.

— A mí no me importa si te ve recibiendo mi polla por el culo — la corte.

— Recuerda que es tu padre — jadeo.

— Bueno que vea como su esposa me recibe completo por su culo — le di más duro.

— Por favor — la ignore y seguí dándole cada vez más duro hasta que me corrí en ella.

Salí de su cuerpo y ella rápidamente se acomodo y se sentó en la silla del otro lado, yo por mi parte tarde y ella se veía impacientes, lastima que mi padre tardo más porque estaba coqueteando con mi secretaria que siempre le hace el favor de exprimirlo.

— Esposa — le dió un beso en la boca y seguramente su boca minutos antes la tuvo en el coño de mi secretaria.— hijo.

— Padre — dije.

— Los planes, ¿Están listos? — preguntó y asentí.

— Mas que listo padre, mi mamá me echó una gran ayuda — dije con doble sentido pero el tarado de mi padre nunca agarra las indirectas.

El Boss [UR 01]Where stories live. Discover now