El Boss [UR 01]

Capítulo 18: Juntos atraemos el caos.

Viktoria Románova

— Lo mató a sangre fría — lloriqueo.— mi hijo solo quería mostrarle su cuarto y él le disparó en la cabeza, ví como se le iba la vida de sus ojos Viktoria.

— ¿Por qué lo hizo? — cuestioné.

— No lo sé, solo lo hizo y ya — carraspeo —, por eso estoy aquí, venía a decirle a Gael que Gregory está aquí con su nuevo hijo..... — no la deje terminar cuando la abofetee.

Mi rabia estaba a niveles inigualables y mi vientre dolia extrañamente.

— Ni se te ocurra hablar sobre el niño — amenace jalando su cabello asqueroso.

— ¿Ese feo niño es tuyo? — preguntó con cara de asco.

— Es mio y solamente mío — grité con rabia y la estrelle contra la pared varias veces, la sangre salpicaba mi cara y no podía parar, seguía y seguía estrellando su cara contra la pared llena de moho.

La solté ya muerta dejándola caer contra el suelo y empecé a caminar hasta llegar a la casa donde se encontraba Gregory listo con Valentino en sus brazos.

— Creo que fue muy rápido — dijo con su cara sería de matón.

— Si — contesté algo brava subiendo en el avión donde me bañe en el mini baño y cambie mi ropa por una limpia.

Al salir del cuarto del jet, Gregory estaba con el bebé aún en sus brazos y no se veía como si fuera capaz de matar a su propio hijo ¿o si?. Bueno el caso es que no se ve como una amenaza para Valentino.

— ¿Puedo cargarlo? — pregunté cautelosa y me miró por un largo rato analizando mi lenguaje corporal y cada mirada.

— Si — dijo a la final y me lo dió.

Mi Valentino estaba más grande, ya tenía un mes y medio, y era todo un grandote hermoso, era la copia de su padre, sus mejillas rosadas, su mirada gris penetrante, su piel pálida y su cuerpecito regordete es algo que quiero ver todos los días y ya lo elegí porque si Gregory muere por nosotros yo también muero por ellos y me arriesgo por ellos, mi familia son ellos.

El bebé me observaba curioso con su puño metido en la boca y era la más hermosa imagen del planeta.

— Dios, te extrañe tanto — lo atraje hacia mi cuerpo y lo abracé aunque el se quejo.

— ¿Estás bien? — preguntó Gregory y asentí más contenta.

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Llegamos a Rusia y.... Dios mío cuánto extrañaba el frío.

— Viktoria — me llamo Gregory algo extraño pero no le di importancia.

—¿Qué?— pregunté distraída viendo la nieve caer.

— Cuidado — gritó y me tire directamente al suelo sin perder el tiempo, menos mal que le había dado el bebé a Gregory antes de bajar del avión. —, ven — me levanto del suelo y comenzamos a correr al bosque blanquecino.

Mi vientre me dolía por alguna extraña razón y no sabía el ¿por qué? desde temprano estaba así y no tenía porque venirme el periodo aún, pero era un dolor feo que quizás no pueda aguantar dentro de poco.

— ¿Quiénes son? — pregunté, mi corazón palpitaba frenéticamente.

— La mafia siria — dijo, corríamos y aún se escuchaban los disparos y personas hablando en árabe.