Capítulo 38: Alik Kuznetsov.

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Gregory Kuznetsov


—Alik Kuznetsov — estaba pacífico en aquella silla, que yo llamo la tortura.

— Alik Wang — me corrigió.

— Siempre serás un Kuznetsov y no eres el único que se avergüenza de llevar ese apellido — camine a su alrededor.

Tenia que terminar rápido para ir a donde Viktoria, que ya llevaba horas sola y algo me decia que era peligroso dejarla sola.

— ¿Donde está? — soltó, desde hace rato se le notaba que queria preguntar.

— No lo sé — me rasque la barbilla — ¿dime tú?

Sus ojos se abrieron de par en par, los hombres de él estaban esparcidos por toda Rusia, Italia y hasta la propia África, por su mente justo ahora paso un "la han encontrado"

— Nah, ella está justo aquí con nosotros — dije y el estaba mucho más confundido.

— Jefe — voltee mirando a mi guardia —, necesitamos trasladarnos a un lugar más seguro.

Asentí y solte al idiota de la silla, el no tiene ni un poco de fuerza de la cual preocuparme así que solo camino tranquilo al auto, nos trasladamos a otro de mis galpones y él parece ahogarse en la bolsa negra que le coloque en la cabeza.

— ¿Y la niñita? — preguntó refiriéndose a Alek.

— De que niñita hablas — dijo Alek detrás de mí.

— Vaya aún estás bajo la falda de tu hermano — dijo con desprecio.

— Y bueno por lo menos tengo a mis dos hermanos que están de mi lado en cambio tú solo tenés a un violador y a una puta sin cerebro de tu lado. — cuando Alek se cabrea es peligroso, sus venas están brotadas.

— Tienes razón pero — hizo un ruidito como si pensara. —, por lo menos ninguno de mi propia sangre se ha cogido a mi esposa estando embarazada.

— ¿Qué? — yo nunca lo comprobé pero si era verdad aquel que se hace pasar por mi hermano moría hoy.

— Perdón no sabías — Alek me miró diciendo con su mirada que solo me quiere desestabilizar.

— Me va y me viene ella —

— Tengo algunas dudas — dijo Alik.

— Habla — respondió Gael entrando.

— El que faltaba, ahora están todos — exclamó — ¿Por qué están en mi contra? Aún no lo entiendo.

Mi paciencia había acabado y golpee mi puño contra su pómulo dejándolo quebrado, el no se esperaba aun la golpiza o la muerte.

— Hijo de puta — escupió sangre.

—¿Para que la quieres? — cuestioné.

— Para serla mi esposa porque tú no la mereces — contestó de lo más normal.

— Carajo que mierda — me acerque a él quedando cara a cara. — escúchame bien porque no lo volveré a repetir.

» Ella es solamente mía, nadie y mucho menos tú la tocará sabes el por qué... veo que no lo sabes y bueno te lo digo yo, jamás se fijara en un violador asqueroso que ama la trata de blanca y vive por ella.

— Eso no es problema, quizás es lo de menos porque se llegó a enamorar de ti y eso que eres mucho peor que todos lo que estamos aquí — dijo el idiota.

El Boss [UR 01]Where stories live. Discover now