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— ¿Lou? ¿Qué está pasando? ¿Estás bien? — se puso de pie y comenzó a caminar por dónde se supone llegaría Louis, el autobús lo dejaba unos pocos minutos lejos de ahí así que con miedo comenzó a caminar.

Algo no le parecía correcto, algo le decía que su omega y cachorro estaban en peligro. La llamada seguía corriendo y lograba escuchar del otro lado más ruido que nada bueno podía anunciar.

"¡Por dios llamen a las ambulancias!"

"¡Están sangrando!"

"¡¿Dónde está mi hijo?!"

Diferentes tipos de gritos escandalosos se escuchaban algunos llorando, otros desesperados y algunos más pedían mantener la calma.

De pronto por el camino en el que iba se escucharon sirenas, pasaron cerca de cuatro ambulancias, dejó de contarlas cuando en la línea se escuchó un quejido demasiado fuerte y claro que conocía a la perfección al dueño de esos ruidos espantosos.

— ¿Lou? Amor, contesta y por favor dime qué estás bien.

No recibió respuesta.

Seguía caminando en dirección a la ruta que debía de seguir Louis.
Deseó no haber visto eso y él estar ahí en su lugar.

Había un autobús tirado en la mitad de la carretera, los vidrios se esparcían por todo el camino y en algunos lugares la sangre comenzaba a manchar el piso.

Sus ojos fueron a dónde sabía que le gustaba sentarse al omega, en el medio y aunque no había sangre corriendo por el piso, logró ver un tubo atravesando la parte superior del transporte.

Sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas al no poder escuchar la voz de Louis en el otro lado de la llamada, solo escuchaba los quejidos de otras personas pero no el de su Louis.
No supo cuánto tiempo estuvo ahí viendo el horrible accidente sin poder dejar de llorar. También había un auto casi deshecho pero por lo que alcanzó a ver, el conductor había salido sin casi ningún daño.

Los bomberos empezaron a sacar algunos cuerpos, la gente se acercaba para reconocer las caras y poder ir con sus familiares.

Vio como sacaban a un cuerpo, estaba como muñeco de trapo, no se movía ni hacía un intento por reaccionar. Y fue cuando lo reconoció.

Era Louis.

— ¡A urgencias ahora, necesita operación de emergencia! — dió la orden el paramédico al revisar el cuerpo del omega.

Harry corrió a la ambulancia en la que estaban por subir el cuerpo desmayado.

— ¿A dónde lo llevarán? — sus ojos estaban muy hinchados.

— Lo siento, debemos llevarlo al hospital.

— Voy con ustedes, es mi novio y está esperando a mi cachorro— la desesperación era notoria pero por protocolo no podrían dejarlo ir con él.

— Lo siento, pero no puedo permitirlo. Lo llevaremos al hospital de traumatismo. Si quiere ir lo esperamos allá.

Cerraron las puertas y la ambulancia se puso en marcha. Se dejó caer en el asfalto, el sentimiento lo llenaba de tristeza, coraje.

Pero no podía ser débil, no en ese momento en que Louis y su cachorro lo esperaban, lo necesitaban.

Colgó la llamada y buscó entre los contactos el número correcto.

Un tono.

Dos tonos.

Tres tonos.

Cuatro tonos.

Just me & you... and the babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora