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Rain

Me gusta mi casa y con ella se transforma en un hogar.

Pasamos toda la tarde juntos hablando y viendo una película. Mi madre estaba muy ilusionada por mi relación con April y quería hablar con ella. Mi padre decía que no la atosigara mientras tenía a Parches en brazos y le acariciaba sin descansar.

Casey hablaba conmigo sobre la universidad y las asignaturas. Volvía a estar en casa y lo había extrañado mucho, todo seguía tal y como me marché, aunque ahora me faltaba alguien que ojalá se hubiera venido conmigo. Mi habitación seguía intacta, con sus cuadros, fotos y libros de psicología por medio. Mi padre había puesto la sábana de cohetes y eso me hizo acordarme de Archie, no dudé en pasarle una foto a la cual respondió riéndose sin parar. Pasé un día realmente agradable y me iba a dar pena irme, pero era lo que tocaba, o lo hacía, o no dejaría que me fueran. Por eso en la cena seguimos charlando, mi madre hablaba sobre su trabajo, Casey sobre el suyo y mi padre sobre el último partido de fútbol que había visto.

—¿Entonces ya no estará contigo en la residencia? —preguntó mi madre.

—No, se irá con Archie.

Mi padre se llenó el vaso con cerveza y le dio un trago.

—Por mi parte bien, no quiero que me hagáis abuelo pronto.

—¡Papá! Por favor, sabemos lo que hacemos. —Me reí y le miré, tenía las mejillas sonrojadas y sonreía de oreja a oreja—. Además, vamos en serio, no es cuestión de solo eso... ¿Vale?

—Ay... Si es que lo sabía. —Mi madre apretó mi brazo y me miró con amor—. Estáis hechos el uno para el otro. ¿Cómo está ella?

—Está bien, mamá. Tiene sus días malos y buenos.

Asintió apretando sus labios.

—Eso todo el mundo los tenemos. —Casey me miró—. Y tú debes de estar con ella en los dos, pero sobre todo en los malos.

—Lo sé.

Me gustaba el apoyo que me daban, que me escucharan y me dejaran claro que los iba a tener siempre que los necesitase. Y así era la familia que yo quería tener.

Justo en ese momento mi móvil vibró en la mesa, por poco todos saltan al ver el nombre de «Mi pollito» en la pantalla. Pero yo fui más rápido, cogí a Parches y me encerré en la habitación para coger su videollamada. No pude evitar sonreír al verla, estaba preciosa.

—Hola, ¿cómo va todo?

Suspiró con fuerza, pero su cara cambió y nos miró con ternura a mí y a Historia.

—Oh, si es mi bolita de pelo, ¿cómo estás?

—Aquí todo el mundo ignora a Rain.

—Lo siento amor.

¿Me había llamado amor? No podía creérmelo y a su vez lo vi como el mejor halago del mundo.

—No te preocupes, por aquí preguntan por ti y dicen que están deseando verte.

—Ojalá me hubiera ido contigo.

Veía que estaba en su habitación, sentada en su cama, recogiéndose el pelo.

—¿Qué ha pasado?

—Pues... Nada más llegar ya ha soltado un comentario que no venía a cuento, en la comida ha intentado liármela y eso... Eso me ha puesto muy nerviosa.

—April... April... —La interrumpí—. Respira, venga, respira.

Vi que hacía lo mismo que yo y parecía que funcionaba.

Por medio de palabrasWhere stories live. Discover now