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April

A veces llorar despeja mentes, pero un abrazo cura corazones.

No sabía cómo él la miraba, la verdad es que no podía meterme en su cabeza y ojalá haber podido. Lo único que sabía era como mis ojos la veían y lo que mi mente me decía.

Ella tenía el pelo perfecto, sedoso y con fuerza. Mientras que el mío seguía cayéndose. Sus uñas eran largas y estaban pintadas, las mías quebradizas y sin un poco de brillo. Su rostro era fino, mientras que yo tenía demasiadas mejillas. Un cuerpo perfecto, en el cual se le marcaba la clavícula y se ponía ropa ajustada porque sabía que le quedaba bien. Irradiaba seguridad y eso era imposible de no ver. Mientras que yo estaba rota por más de mil sitios diferentes y a veces no lograba encontrarme cuando me perdía. A ella... A ella podía llevarla a comer porque no tendría ningún problema con ello. Podría disfrutar con cosas que yo no. Se preocupaba de su físico, mientras que yo me obsesionaba con él porque no aprendí otra cosa en la adolescencia.

Por supuesto que podía salir con quien le diera la gana, él no tenía culpa alguna. No tenía ninguna responsabilidad afectiva hacia mí y, aun así, sentí que mi corazón se partía como nunca lo había hecho porque yo jamás sería esa chica. Porque jamás podría ser normal, porque lo arrastraría conmigo y no sería justo. Se merecía a alguien como ella, se merecía a alguien que no dudase, que no tuviera miedo de mirarse a un espejo y mucho menos a recaer por cualquier situación. Creo que me dañó de una forma que nunca creí que pudiera existir, porque una parte de mí estaba dándole forma a esa fantasía que podía o no ocurrir. Y de repente había visto como caía de golpe por mi inseguridad, de repente estaba en el suelo, no eran más que escombros que solo te entorpecían y molestaban.

Lili:¿Cenamos juntas?

Yo:Ceno con Rain.

Lili:Uy uy😌, vale, así paso un rato más con Harry.

Hacía tanto tiempo que no la mentía que me sentí horriblemente mal. Me cambié de ropa para salir a andar, en ese momento tenía demasiados pensamientos en mi mente que no me estaban ayudando. El nudo en mi garganta estaba aumentando, al igual que ese dolor en mi estómago. Salí para andar... Para... Para poder ayudarme a sentirme a gusto con mi cuerpo porque la sensación de adelgazar era placentera y no me hacía sentir como si fuera horrible. No tenía rumbo, aunque intenté buscar una farmacia para poder pesarme, aunque las horas que eran estaban todas cerradas y eso me causó mucha impotencia. Necesitaba saber cuánto había engordado desde la última vez, necesitaba saberlo porque estaba segura de que ese sentimiento, ese rechazo que sentía de los demás, era por culpa de mi físico. Porque aunque en ese momento estaba cansada, agotada y con dolor de estómago porque no había comido nada desde el día anterior, no era capaz de pensar en comida... No era capaz de pensar en nada más que en calorías, en moverme sin parar porque si no lo hacía era inútil. La noche antes del examen tampoco cené por nervios, porque no pasaba nada, porque debía perder mi tiempo en concentrarme y en dejar eso a un lado. Mentí a Lili con que había cenado ya, la segunda vez que le mentía ya. No desayuné porque sentía el estómago cerrado pese a que dolía por no haber tomado nada. El examen fue horrible porque no dejaba de pensar en la revisión con el médico, en saber cuánto había subido, si habría sido mucho o si habría sido poco. Me desconcentré tanto pensando en todo, que me olvidé prácticamente de la mayoría de las respuestas.

Porque tenía tanto miedo a subir de peso que había intentado ocultarlo en mis adentros como si alguien me fuera a juzgar por hacerlo. Estaba haciendo justamente todo lo contrario de lo que mi terapeuta me recomendó. Estaba en la calle en plena noche haciendo ejercicio porque sentía que jamás sería suficiente para nadie. Porque jamás sería bonita, ni lo suficientemente delgada o alta. Que mis mejillas eran grandes y con un poco de esfuerzo podía reducirlas. Que aunque lo intentase, no me sentiría jamás suficiente para nadie, que estaba demasiado rota, que estaba con demasiadas heridas y con defectos que nadie más debería cargar.

Por medio de palabrasWhere stories live. Discover now