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April

Deseo que te enamores de mí, y a la vez deseo que encuentres lo mejor.

Lili hacía sonidos con su pajita mientras me miraba pestañeando una y otra vez. Yo solo pude apartar la mirada y mirar los carteles del establecimiento. Íbamos a ir los cuatro al cine, con cuatro me refería a Rain y yo, Harry y Lili. Archie trabajaba, así que nos lo encontraríamos allí, pero no era una cita doble, algo que no dejaba de repetírselo a ella porque parecía que no me entendía. Lo suyo con Harry ya era casi oficial, no había día que no se vieran y la verdad, se notaba que se querían.

—Entonces...

—Amigos, somos amigos.

—¿Y él sabe que sois amigos?

—Sí, lo sabe.

Levantó las manos, meneó la pajita y absorbió lo que le quedaba dentro.

—Pues que yo sepa dice que os habéis besado y dormido juntos...

—¿Y quién te lo dice a ti?

—Pues... Archie habla en sueños, Harry le escucha y me lo cuenta... Harry me lo cuenta todo, todo.

—Creo que voy a matar a Archie. Y también a Harry.

—Lo siento...

Me reí y negué con la cabeza. Me cogió la mano y comenzó a sonreír por los poros, creo que nunca la había visto tan feliz. Ella estaría muy ilusionada si le digo que entre Rain y yo había algo, pero es que no sabía exactamente qué había. Éramos amigos... Quizás amigos con derecho a roce... No lo sabía. En ese momento aparecieron en la cafetería los dos, Lili comenzó a dar botes en el asiento y salió corriendo para abalanzarse sobre Harry. Rain y yo miramos como le desplazaba tres metros, era pequeña, pero jodida.

Este se sentó a mi lado, cogió mi vaso y le dio un trago a mi granizado.

—Eres un ladrón.

—Estaba comprobando que no estuviera envenenado, deberías agradecérmelo.

—O pegarte.

Me dio un empujón con el hombro, yo se lo devolví y negué con la cabeza porque Lili nos miraba con una expresión... Me daban ganas de lanzarle el granizado a la cabeza.

—¿Nos vamos? —Harry me sonrió—. La sesión empieza pronto.

—Sí, vamos.

Rain se levantó, estiró su mano para que la cogiera y me reí, aun así la cogí y salí de los asientos sin dejar de observar nuestras manos juntas.

—¿Cómo está Parches?

—Historia está bien, durmiendo.

—¿Le has dejado comida?

—Sí.

—¿Y agua?

—También.

Iba a ser de las primeras veces que lo dejábamos solo por voluntad propia, porque por las mañana teníamos que irnos a clase y eso no lo podíamos elegir. Rain prefirió irse la semana siguiente y ponerle las vacunas antes de llevárselo, así que no se iría el fin de semana y podríamos hacer nuestros planes. Planes como estos, ir al cine o pasarnos por una librería para pagar con riñones. Quizás pasarnos toda la noche leyendo juntos, picarnos un poco y hablar sobre lo que se nos pasase por la mente. Con él todo era posible.

El cine estaba a cinco minutos, al llegar Lili y yo nos miramos porque vimos a Archie a lo lejos, estaba rellenando los cuencos de las palomitas. Corrimos para acercarnos, nos apoyamos en el mostrador y cuando se giró se dio un buen susto, tiró unas cuantas al suelo y cerró sus ojos para controlar su respiración.

Por medio de palabrasOnde histórias criam vida. Descubra agora