Especial A.P: Los Trejo

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Narradora ;)

«2005. Aguascalientes, México. »

El pequeño niño de lentes y pijama de Mario Bross se encontraba sentado jugando con su querido carrito de juguete mientras que miraba nostálgico a su madre.

Veía a su progenitora meter sus sábanas tibias y almohadas en forma de hongos en una fría bolsa de basura mientras que las doblaba ¿Realmente lo estaba haciendo? ¡Era algo inaceptable!

– ¡NO! – El niño resopló mientras que su nariz se arrugaba con desagrado.

– Aldito, debes ser más comprensible –. La señora de oyuelos trtó de enduldecer su regaño con una ligera sonrisa. – No es tan feo como parece.

– ¡No quiero! – Volvió a frunsir la nariz mientras que soltaba su carrito. – ¡Es mi habitación!

– Y es nuestra familia –. Su mamá reprendió mientras que caminaba hacia él. – ¿Por qué te cuesta tanto, corazón?

– ¡Deberían dormir en la sala!

– ¡Aldo!

– ¡No quiero!

El pequeño niño se cruzó de brazos y entregaba su mejor puchero, después de todo, era su mayor técnica para obtener lo que quería. Pero ni todo el capricho del mundo y ni todos los berrinches justos de sus cortos ocho años, bastarían para que su mamá le dejara quedarse en su habitación. Ahora, sus lentes se habían empañado ¿realmente lloraba por la invasión a su cuarto o era el miedo al cambio lo que le hacía tener pánico?

– Aldito, ven acá...– La señora se arrodilló a su altura, estirando los brazos y obteniendo el peso de su hijo en ellos, le abrazó y sentó en sus rodillas, mientras le arrullaba para calmarlo. – Cuando tu papá se fue hace un año, tú y yo pasamos por momentos muy feos, distintas angustias y días tristes que tuve que ir aceptando por ti. Dentro de ese proceso ¿recuerdas quienes vinieron a verme?

El niño no quería admitirlo en voz alta, pero sabía que sus lágrimas debían ser calmadas por su misma conciencia. – Tía Ana.

– Así es, mi hermana Ana y su hijo Edson. Ellos están pasando por algo muy parecido, Edson es solo dos años menos que tú, y él es...

– Mi primo.

– ¡Correcto! Y los primos son...

– Familia...

– ¿Y qué aprendimos sobre la familia en Lilo y Stitch? – El niño ocultó su rostro en el pecho de su madre, no quería repetir esa tonta oración en voz alta. – Lilo es familia...– Aldito se carcajeó al escuchar el doblaje agrio de la adulta, aquella voz molesta que sonaba gangosa a propósito. – Y la familia nunca se abandona.

De pronto, las cosquillas invadieron las costillas del niño, haciendo que las lágrimas se sustituyeran por más risas que llenaron la habitación.

Aldito no era tonto, sabía todo lo que había pasado y todo lo que los adultos querían ocultarle. La mente de un niño de ocho años no era vacía, él había comprendido que su padre había fallecido por cáncer, él sabía que eso causaba mucho dolor y que alguien menor a él la pasaría peor.

El papá de Edson no había fallecido, sino que era algo peor: Él era un hombre malo. Un hombre que golpeó a su primo y a su tía, un hombre que ahora era buscado por la policía, un hombre que abandonó a su familia, tal y como los padres de otros amigos suyos lo habían hecho. Aldo sabía lo que implicaba eso, había visto como la profe Vero ayudar a sus compañeros a lidiar con eso.

My Beloved Q (Quackity)Where stories live. Discover now