Capítulo veinticuatro: Feelings

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Soundtrack: Evergreen (You didn't deserve me at all) de Omar Apollo / The Beach (Instrumental) de mxpheebz / How Deep Is Your Love de Bee Gees / Goth de Sidewalks and Skeletons

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Todo el día en cuatro paredes. Bueno, en la oficina de don Raúl, para ser exactos. Sin ningún descanso más que para tomar un refrigerio a mis horas por insistencia de doña Ale.

Eran alrededor de las 6:30 de la tarde y al fin parecía que habíamos reunido lo suficiente de mi perspectiva como para iniciar todo.

– Por historias como esta es que me dediqué al derecho –. Don Raúl estrechó mi mano una última vez para sonreírme y luego dirigirse rápidamente a su puerta. – Tengo que llamarle a uno de mis socios –. Abrió esta pero antes de salir, me volteó a ver. – Eres muy fuerte, Beatrice. Sin duda alguna ganaremos este caso, todo déjamelo a mí.

"Eres muy fuerte, Beatrice"

Era una frase que por más que me decían, a este punto me asqueaba. Más aún después de las pocas veces que contaba parte de lo que me ocurría. Llegaba un punto en el que ya no quería ser fuerte solamente, sino que quería simplemente no tener razones para serlo.

– Yo... yo también tengo que salir un momento –. Emily habló levantándose del sillón frente el enorme escritorio de su padre. – Pero antes... ¿Estás bien?

Vaya pregunta.

¿Se podía estar bien después de hacer un recuento de todo lo que te había hecho alguien tan monstruoso? Peor aún, ¿podría estar tranquila al saber que vería a este mismo pasado mañana?

Les había dicho todo. Desde el primer golpe, el primer beso a la fuerza, la primera humillación, nuestra primera vez, nuestro falso amor y nuestra gran actuación frente los demás.

Nunca fui cerrada con mi intimidad, incluso recordaba las múltiples veces que Mary y yo charlábamos hasta tarde de pláticas intimas llenas fantasías y diversión. Pero de unos años para acá, mi lívido había sido nulo, o más bien, escondido por el pánico y repulsión asociado con el recuerdo a que el sexo terminaba siendo asqueroso con Edson. Además, decirle todo al padre y hermana de Alex, me hacía sentirme vulnerable, expuesta, sumisa, desesperadamente cohibida, justo como la vez que pasó lo del teatro y que por más ropa que tuviera encima, me sentía desnuda.

Esa era una sensación que me pesaba y que me hacía sentirme ansiosa ante la idea de pensar que tal vez en algún punto afectaría mi relación inexistente.

No es momento de pensar en eso.

– Sí, claro –. Le contesté finalmente y sonreí a medias. Ella asintió, comenzó a irse por el mismo sitio que su padre. – ¿Puedes decirle a Mary que venga?

– Con gusto –. Emmy se fue después de ello.

Me dejé hundir en el sofá, cerrando los ojos, poniendo mis brazos sobre estos y dirigiéndome hacia el techo. Mi cuerpo temblaba, mi pierna derecha no dejaba de moverse y mis uñas ardían por lo mucho que me las mordí mientras contaba mi historia.

No había llorado, pero sí había destacado mi desesperación ante las preguntas de los Maldonado, y aunque sabía que no era algo de qué extrañarme porque esto era un aspecto meramente profesional, no podía evitar cuestionarme qué tanto llegaran pensar de mí a partir de esta tarde. Detalles íntimos, sexuales, equívocos e inseguridades. Todo sobre la mesa para ambos y con Alexis esperando ansiosamente en la sala, pidiendo entrar en un par de ocasiones.

My Beloved Q (Quackity)Место, где живут истории. Откройте их для себя