My Beloved Q (Quackity)

Capítulo diecisiete: Luz verde

Soundtrack: Lost with you de Patrick Watson / Shameless de Camila Cabello / It'll Be Okay de Shawn Mendes

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Mi mente era un completo caos.

El momento se repetía una y otra vez, era una amarga tortura que me hacía recriminarme el haber confiado, el haberme enamorado. Era como vivir en una burbuja en donde todos mis problemas me estaban consumiendo por completo y no podía salir por más que rasgara las paredes de mi cerebro. Y ahora los cuestionamientos, la ansiedad y mis nervios me hacían cuestionarme una, y otra, y otra, y otra vez, si el estar con Alexis era lo correcto en este momento.

Sabía que estaba mal el dudar de ello, sabía que pasamos mucho en tan poco tiempo como para venir con mis incertidumbres ahora mismo, pero si mis dudas y miedo venían persiguiéndome desde hace rato, solo era cuestión de tiempo para que me alcanzaran... y lamentablemente, hoy era ese día.

Yo lo tenía más que claro: Quacks NUNCA sería él, nunca me haría ese tipo de daño, nunca me hubiera hecho ni el mínimo de las cosas que Edson, él nunca tendría el corazón como para pensarlo si quiera, y lo aseguraba ahora mismo, mientras le veía manejar tarareando algunas de las canciones que ponía, mientras me veía fugazmente para asegurarse de que estuviera bien, mientras que me salvaba de mi propio abismo en ciudad de México llevándome lejos... Pero a pesar de tener esta hermosa imagen frente mía y poder siquiera rozar algo de paz con ello, mis miedos no me permitían dejar de sobre pensar más que antes.

¿Estaremos haciendo lo correcto?

¿Realmente seremos una buena pareja o estamos mejor como amigos?

¿Y si no estoy preparada para una relación?

Peor aún ¿y si yo hecho a perder todo con él?

Es Alex Quackity, uno de los más conocidos de la comunidad inglesa y con una gran carrera en ascenso en Latinoamérica. ¿Realmente esto es posible o estoy aspirando a demasiado sin siquiera arreglar mi propia vida?

– Beatrice...– El pelinegro interrumpió mis pensamientos.

– ¿Sí?... – Voltee a verle. Se miraba sumamente increíble con los mechones alborotados y sobresalientes de su gorrito.

– Estamos a algunos minutos de llegar y de verdad quisiera decirte algo antes de que conozcas mi casa.

– ¿Qué?

– Pues... cuando estoy en mi ciudad, casi no salgo a la calle. Me ha pasado un par de veces que me reconocen y la verdad, aunque media cuadra ya me tiene bien ubicado, prefiero no disipar más que vengo, porque mi familia puede correr algo de riesgo, nunca se sabe qué tipo de gente puede saber algo de mí. Aunque claro, me encantaría llevarte a los restaurantes más bonitos de mi ciudad, podemos ir de incógnito y todo, aunque sé estoy sonando muy mamón.

– No, de hecho es bastante entendible –. Él me volteó a ver sorprendido para regresar su vista a la carretera rápidamente.

– ¿De verdad?

– Sí, de hecho no tenía muchas ganas de salir a alguna parte, por lo menos un par de días –. No pude evitar hacer una mueca al sentir las náuseas volver, pero las evadí para continuar escuchándolo.

– ¡Gracias por entender! Pero definitivamente quiero llevarte a un par de lugares que te volverán loca –. Nuevamente me miró, esperando una respuesta y teniéndola con una sonrisa. – Lo otro, es que vivo en una cueva. Espero no me juzgues.

– ¿Cueva? – Le contesté dejando salir una risa. – Yo no juzgo, recuerda de dónde vengo.

– ¡Eso es todo mi Bee! Por eso me caes muy bien –. Su mano fue rápidamente a mi rodilla, tomándome por sorpresa y provocando un respingo que me hizo quitarla de inmediato. – Lo-lo siento.