Capítulo dieciocho: Welcome to the family

4.9K 394 411
                                    

Soundtrack: Romantic Homicide de d4vd / Why I Love You de Jay-Z / The Scientist de Coldplay ¡ Welcome to the family de Watsky

.

.

La noche había pasado gratificante.

Después del arrebatado beso que me dio Alexis y luego de los minutos en los que ambos nos abrazamos en silencio, el ruido de nuestros estómagos nos tomó desprevenidos, delatando que ninguno de los dos había comido bien ese día. Nos adentramos a casa, pedimos algo a domicilio y por lo tardado que sería tener nuestra cena, decidimos tomar una ducha en lo que esta venía.

Decidí quedarme en el cuarto de invitados, a pesar de la gran pena que me daba no quedarme en las cuatro paredes en donde el mismo Quackity confesó pasar el 98% de su tiempo hasta los 18. Tras decirle que estaba bien en el piso de abajo, él protestó una y otra vez, hasta incluso llegar al argumento más incoherente que le he escuchado a alguien:

"Si es porque quité el cobertor de princesas, puedo volverlo a poner".

Me reí al recordar perfectamente el tono en el que lo había dicho.

Ahora estaba frente el espejo del lavamanos en el baño de mi cuarto temporal, tenía puesta otra playera de Quackity y unos pants de Emmy que me quedaban más flojos que nunca, no era sorpresivo por mi tipo de cuerpo, pero tenía otros problemas en mente en los cuales pensar. Inclusive el sobre pensar de mi vida diaria parecía un chiste con el lío que tenía en mi cabeza, más cuando no tenía ni siquiera un teléfono con el cual distraerme. De alguna forma, también era una bendición.

Vi mi reflejo una vez más, mis ojeras estaban más marcadas que de costumbre, mi piel se miraba pálida por la falta de alimentación sana de estos días y mis labios se veían algo secos por el cambio de clima que había en Puebla, me sentí mal por no tener absolutamente nada con lo cual mejorar un poco mi rostro. Suspiré pesadamente, me eché un poco de agua esperando que esto lavara un poco mis traumas, caminé fuera del baño justo cuando unos golpes en la puerta se escucharon.

– Pasa –. Le dije al pelinegro. Él obedeció, dejándome ver que tenía una toalla agitando su cabello, por inercia me tapé los ojos. – ¡Ay!

– ¿Es en serio? – Le escuché decir entre risas. – Viste mis fotos hasta de bebé y estuviste a punto de ver una en bañera hace minutos cuando bajamos ¿Y esto te da pena?

– Te sorprendería mucho el valor que reúno para verte a los ojos cuando te pones en tu modo coqueto.

– ¿Modo coqueto? ¿Cuál?

– ¡Oh, vamos! – Renegué sin quitarme las manos del rostro. – Sabes perfectamente cuál.

– Mírame.

– No.

– Vamos, sé que quieres hacerlo.

– ¡¿VISTE?! ¡Pinche vato bipolar! ¡Si pudiera te abro ahora mismo un hilo de Twitter!

Twitter... El jodido twitter...

– ¿No me vas a ver? Creí que te gustaba, aunque claro, me encanta fastidiarte, lo admito.

– Recuerda que yo también tengo esa habilidad. Si yo quisiese puedo ponerte nervioso cuando yo quiera –. Le sonreí por debajo de mis palmas, esperando una respuesta rápida que no vino, de repente, el calor de su cercanía se apoderó de mí.

– Hazlo entonces, me encantaría ver una Beatrice atrevida justo ahora –. Di un respingo al escucharlo con la voz ronca que tanto me enloquecía, estaba justo frente mío. Di un paso hacia atrás.

My Beloved Q (Quackity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora