XXVI

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Capítulo veintiseis
-La verdad-
Barcelona

Pedri y yo dormimos en la cama del hotel. Los recuerdos de ayer torturan mi mente todo el tiempo. Quizá he sido muy ilusa al pensar que por un besito no iba a suceder nada. Este tío no sabe lo que quiere. Primero me besa, me lleva a París y es todo un caballero, y luego me hace una cosa horrible poniendo en medio a mi mejor amiga. Pero como yo soy tonta, caigo de nuevo en él. Es adictivo

Cabe mencionar que en una semana juegan el primer partido de liga contra el Girona. Pablo me ha dicho que le gustaría que yo estuviera ahí, y que, sobretodo, evitará a Josh a toda costa a partir se ahora.

Me levanto de la cama con cuidado de no despertar al canario que se encuentra a mi lado. Miro la hora y mis ojos se abren como platos. Mierda, en media hora debo de estar en el estudio. Peter me ha citado para que vaya a recoger el guión y que al menos me lo memorice. Sinceramente, el mensaje que me envió no era muy profesional, pero supongo que tendré que aguantarme. Seguramente solo sean paranoias mías.

Me visto con unos pantalones cargo cortos y un top negro básico. Recojo mi pelo con una pinza y me dispongo a salir. Pero, antes de abrir la puerta me freno un segundo, planteandome lo que estoy apunto de hacer.

Cojo papel y un bolígrafo y me acerco a la mesilla de noche más cercana a Pedri. Me pienso bien las palabras que usar, como decirle lo que quiero decirle sin que salga muy herido.

Pedri, he tenido que irme al trabajo, pero de igual manera, no me esperes. Siento haberte hecho falsos pensamientos con el beso de ayer, pero no me veo en condiciones de traicionar mi estabilidad solamente por algo que no estoy segura si tiene la suficiente.

Nos vemos otro día si eso,

-Maia.

(...)

Toco la puerta del despacho del director de la película en la que trabajo y entro tras escuchar un "pase".

Peter nada más verme se levanta y acomoda su camisa de vestir de botones y me sonríe, tendiendome la mano.

-¡Maia! Estaba esperándote. Aquí todos te extrañamos mucho, ¿sabes?- pienso que volverá a sentarse en la silla pero, al contrario, se acerca a donde estoy yo, cogiendo su abrigo y poniéndoselo.

-Encantada de volver a verlo.- Le sonrío levemente, intentando evitar mi incomodidad. Maia, deja de ser tan paranoica. 

-Necesito el café de cada mañana. ¿Qué te parece si me acompañas a una cafetería cerca de aquí y te informo de lo que ha pasado con la película?- me lo pienso bastante, pero no puedo evitar quitarme las malas ideas de la cabeza. Es trabajo.

-¡Claro!- 

-Usted primero.- me abre la puerta y salimos del estudio, que permanece parecido a como lo vi la última vez.

Caminamos un par de manzanas hasta que llegamos a una cafetería con una apariencia muy lujosa.

Entro a la cafetería y Peter me indica que nos sentemos. Saco mi móvil algo incómoda con la situación e intentando disimular, pero no me sirve de mucho al ver la cantidad de mensajes que me ha mandado Pedri. Apago el móvil sin leer ninguno, necesito evadirme de eso por un rato.

-Discúlpenme, ¿Qué les pongo?- pregunta el camarero y yo alzo la cabeza con una sonrisa al reconocer su voz.- ¿Maia?

-¡Thomas! Oh dios, no sabía que trabajabas aquí.- lo abrazo de manera fuerte, sintiéndome un poco aliviada de tanta incomodidad. No sé porqué, pero con él nada se me hace incómodo.

-Pues sí, Max y yo decidimos quedarnos una temporada más en Barcelona, así que teníamos que buscar la manera de pagar el piso donde nos quedamos.- se encoge de hombros mientras me mira sonriente.

-Hace mucho que no te veo, deberíamos pasar una tarde de estas juntos. Así podremos contarnos chismes.- subo y bajo las cejas haciéndolo reír.

-Esta tarde salgo a las tres del trabajo, y no te nada que hacer. ¿Te viene bien?- propone y yo asiento varias veces.

-De perlas Thomas.- me vuelvo a sentar.

-Eh, rubio, yo quiero un café helado.- habla Peter con una voz un tanto dura que no me gusta para nada.

-Yo quiero un…- voy a hablar pero Thomas me interrumpe.

-Un frappe de caramelo, ¿No?- yo asiento sorprendida.- Es que de pequeña pediste lo mismo el día que nos despedimos en la feria.- sonríe levemente y yo lo miro con ternura.

-Pues sí, un frappe de caramelo.- termina de anotar y se marcha con una sonrisa. 

-¿Quién es?- pregunta Peter una vez el rubio se va.

-Un amigo de la infancia. 

-Le gustas.- espeta y yo me quedo en babias.

-Nah, no creo.- me río levemente intentando evitar la rabia que me da el comentario. Maia, es tu jefe.- Por cierto, ¿Qué cambios eran esos que me mencionaste?- Le pregunto cambiando de tema.

De ahí en adelante nos pasamos unas dos horas hablando del cambio del guión y de perspectiva sobre la película. Así como me comenta que quiere cambiar mi peinado para hacerlo cada vez más adaptado a una niña perdida, es decir, más libre. Finalmente, un ruido hace que me distraiga por completo de las palabras de mi joven jefe.

¿Alguna vez han sentido que el corazón les va a mil pero que a la vez se va parando poco a poco del dolor? Ese es el sentimiento que más se asemeja a lo que siento ahora.

¿Cómo he podido ser tan tonta? Ese estado en el que llegaba cada día a casa de "trabajar", ese pintalabios rojo mate y ese perfume tan característico, tan habitual. Lo gritaban en mi cara y yo jamás fui capaz de verlo. No lo ocultaban, ni siquiera hacían el esfuerzo. Ni él para aparentar ser un buen novio, ni ella por aparentar ser una mejor amiga leal.

Con sus tacones blancos perfectos haciendo ruido por toda la estancia, Jenny y Josh entran en la cafetería, agarrados de manos y sin darse cuenta de mi presencia. Se sientan muy juntitos en unas mesas más allá, y, cuando Thomas va a atenderles, me mira con los ojos muy abiertos. Los atiende como puede y, cuando el inglés se va, ambos se comienzan a besar.

Creo que es la escena más asquerosa y vomitivo que mis ojos han podido presenciar.

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Mmm, creo que he vuelto, Y NO ES BROMA 😭😭😭😭😭

Espero tener la suficiente fuerza mental como para hacerlo, la verdad.

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.














Efímero ✈  Pedri González.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt