IX

984 51 15
                                    

Capítulo nueve
-Palomas-
París

Me miro varias veces al espejo, decidiendo si mi vestido blanco está bien colocado, o si la abertura en la pierna es demasiado atrevida para el lugar al que iremos. Sinceramente, es la primera vez que me siento nerviosa. No insegura, porque no me queda mal, pero sí nerviosa de que haya algún contratiempo que nos joda la noche.

Es nuestra última noche aquí y necesito que sea inolvidable.

Los cuatro días anteriores han sido muy diferentes uno del otro, casi únicos. El primer día nos fuimos a un spa privado, en el qué sí, tuvimos que contener las ganas de que pasara algo más. Pero conociéndole en ese tema, mucho no le importará la próxima vez. Ese día nos limitamos a relajarnos y disfrutar de diversos masajes y jacuzzis. Recuerdo que hubo un momento en el que estábamos en uno y se empeñó en hacerme un masaje. Cogió una crema que había por ahí y me acarició la espalda con tanta delicadeza que si hubiera estado de pie, estoy segura que me hubiese caído.

El segundo día no salimos del cuarto. Literalmente eliminamos todas las ganas acumuladas que teníamos del día anterior.

El tercero fue un paseo en bici hasta un campo de trigo, un área habilitada para picnics y visita turística. Hicimos, como no, un picnic muy bonito, casi como los de las películas. Comimos croissants de jamón y queso, panqueques, galletas horneadas por mí esa mañana y, mis favoritas, fresas con nata. Me da bastante miedo el sentimiento de lo íntimo que fue aquello. Al final, Pedri y yo somos solo sexo, tengo a un novio con el que tendré que lidiar al volver, una vida como actriz y él como futbolista. Además, me han dicho que él es un fiera, así que tengo que asimilar que eso que hace conmigo lo hace con todas.

El cuarto día fuimos a ver el lago de los cisnes en un teatro de la zona. Fue precioso, sobre todo para mí, una amante empedernida del ballet. Se bailarlo desde que tengo consciencia y el lago de los cisnes es un clásico imprescindible. Ese día me dió la mano al salir, caminamos por las calles de París de aquella manera tan… íntima, que lo único que hace es confundir más mis pensamientos.

Salgo del baño y sonrío cuando él me hace el mismo gesto, mirándome de arriba abajo, quizá deteniéndose un poco más de los debido en mis boobies.

-Eh, los ojos arriba.- me acerco a él para arreglarle el cuello de la camisa y me sonríe desde arriba para después darme un corto beso que me acelera.

Pero, sin quererlo, el mismo pensamiento de siempre cruza mi cabeza. Esto es un error, tienes novio, es solo sexo, para él eres solo eso.

Me separo de Pedri como si quemara pero intento disimular. Sin embargo, mi acción no pasa desapercibida por el canario, quién decide no preguntar y limitarse a fruncir el ceño.

Salimos del hotel y avanzamos hasta el coche que hemos alquilado para pasar los días aquí, un Cupra Formentor en color negro. Nos subimos y conecto, como se me ha hecho costumbre estos días, mi móvil al bluetooth para poner un poco de música. Eso sí, no suelo poner trap ni nada por el estilo, no me gusta. Lo único que le paso al canario es Quevedo, no me disgusta para nada.

-Cielo, pon Yankee.- me pide y yo accedo, subiendo el volumen del bluetooth. Y sí, se ha acostumbrado de más a llamarme así. No me disgusta pero vuelve a causar en mí ese pensamiento de que estoy haciendo algo mal.

Cuando la canción comienza a sonar la canto en bajito, percatándome de que tiene un gran parecido con mi historia con Pedri.

"Y si alguien supiera
Que nos vemos, todo acabaría
Pero no ha pasado todavía
Y si alguien se entera
Haz como que no me conocías
Nos reencontraremos algún día"

-¿Qué te pasa?- me pregunta cuando nota mis hombros tensos. Lleva una de sus manos a mi muslo descubierto y lo acaricia lentamente, pasando alguna vez los dedos por la tela blanca del vestido.

-Nada.- digo. No me siento agusto hablando con él de esto.

-Venga, dime, sabes que tenemos confianza.-

-Bueno, es qué…- suelto un suspiro que me anima a continuar.- Esa canción me ha recordado a nosotros.-

-A mí también, y desde hace tiempo, por eso te la pedí.- admite con una sonrisita de lado.

-Pero…- me pienso quejar hasta que veo como aparca en frente del restaurante.- Da igual, no es importante.- salgo del coche sin darle tiempo a contestar, zanjando la conversación.

(...)

Caminamos de la mano de nuevo por delante de la iluminada Torre Eiffel. La cena estuvo más que bien, charlamos, nos reímos, nos dimos la mano. Y respetó en todo momento que yo no quisiera seguir hablando del tema anterior, cosa que me gusta bastante.

-Mira, el banco del otro día.- me lo señala, pero está vez hay un señor mayor alimentando dos palomas que hay a su lado. Me parece una imagen súper tierna hasta que me fijo que sus ojitos están ausentes, como si no estuviera aquí.

Automáticamente me intereso por si está bien, quizá le haya pasado algo, o haya visto demasiadas cosas en su vida. Y sí, es en estos momentos cuando te das cuenta de que lo que puede ser un momento inolvidablemente bueno para unos, puede ser el mismísimo infierno para otros, y nadie puede evitarlo. Porque el mundo sigue adelante a pesar de que a ti se te pare hasta el corazón del dolor. La gente sigue con su vida y la vida no te va a esperar a que te recuperes, por eso mismo toca ser fuerte y seguir. El señor puede demostrar poco y sentir mucho, así como todos nosotros.

Salgo de mis pensamientos cuando siento a Pedri frenarse de caminar. Ya hemos perdido al señor mayor de vista y no me había dado cuenta.

Me coge de la mano y me hace dar una vuelta que me hace sonreír para luego caer en sus brazos. Se acerca a mí y me da un beso largo, pero por primera vez, escaso de lujuria y chorreando cursilería.

No sé dónde me estoy metiendo, pero es obvio que mis acciones van a tener consecuencias, y no sé cuántas voy a ser capaz de aguantar.

......................................................................

HOLIS.

Perdonen por haber estado desaparecida, tengo varios exámenes y también he estado con cumpleaños y demás, pero estoy de vuelta.

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

Efímero ✈  Pedri González.Where stories live. Discover now