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Capítulo veinte
-Descapotable-
Barcelona

Suelto una risa mientras acelero la velocidad del coche. No me interesa hora, lugar o momento. Solamente me interesa soltar mi dolor con la adrenalina. Una vez alguien muy especial para mi me dijo que la vida siempre te da malos momentos, pero eso no es justificación para no seguir adelante y reírte con las personas que quieres. El tiempo pasa y quedarse esperando a que alguien solucione todos tus dolores es una tontería. Siempre vas a sufrir, eso tenlo claro, pero si lo mezclamos con los momentos felices, las sonrisas y los recuerdos, hacemos de la vida una etapa llena de experiencias y conocimiento.

Por eso mismo ahora estoy en un descapotable corriendo por las calles desiertas de Barcelona.  A mi lado, Gabriela se ríe a carcajadas y, justo detrás, Sira repite la acción.

Fui rápidamente a buscar a Sira. No quería irme sin decirle nada, así que la invité y accedió sin problema. Ferran y ella también han discutido esta noche, así que estamos las tres despechadas y negadas a sufrir por nadie.

Aparcamos en una discoteca lujosa de Barcelona. Hay colas y colas de gente rogando por entrar. Las chicas me miran con algo de preocupación y yo me río irónicamente.

-Dejadmelo a mi.- Camino de manera empoderada.

Caminamos hasta la entrada y me coloco al lado del segurita, que afortunadamente parece que me conoce al instante.

-¿Los DNI?- pregunta, intentando disimular delante de la multitud que lo asalta.

-Aquí.- se los mostramos y, tras confirmar que soy yo, nos dejan entrar.

-Eres una puta bomba tía.- escucho a Gabs por detrás y yo suelto una risa.

-Al final ser actriz tiene sus beneficios.- contesta Sira por mi.

-¿Actriz?- La voz de Gabriela suena más sorprendida de lo que me esperaba.

-Sip, de dos series y casi tres películas.- Le guiño un ojo y por fin llegamos a nuestra zona de la discoteca. 

Las luces de color rojo adornan la zona. A nosotras nos indican que nos sentemos en un reservado de sillones blancos con una mesa central que encima tiene una shisha. Hay bastante gente, entre los que reconozco a gente bastante famosa. Sobretodo influencers y demás.

-Tías, ¿jugamos a algo?- propone Sira.

-Dale, me gusta, podemos pedir unos chupitos y jugarle a verdad o reto.- propone la francesa y yo asiento.

Pedimos una tanda de chupitos de tequila y, cuando nos la traen, comenzamos a jugar.

-Bien, Gabriela, verdad o reto.- hablo.

-Verdad.- dice con un poco de miedo.

-¿Qué probabilidad hay de que vayas donde ese chico que nos mira desde allí?- se los señalo con la mirada. Son un grupo de tres chicos que nos han enfilado nada más entrar.

-A la de tres.- dice ella con decisión.

-Una… Dos… Tres.- hablamos a la vez.

-¡Tres!- grito.

-¡Uno!- grita ella está vez y yo maldigo, mientras la veo tomarse el chupito.

-Tienes mucha suerte.- se ríe Sira y continuamos jugando.

Seguimos jugando hasta que ya nos hemos tomado cinco rondas de chupitos cada una. El alcohol es notable y ya estamos con la risita suelta.

-Maia, verdad o reto.- habla como puede Sira.

-Re-Reto.- intento hablar yo mientras me río y todo me da vueltas.

-Llama a Pedri.- acuerdan ambas antes de decírmelo y yo sin dudarlo cojo el móvil.

Da tono y yo me río sin poder evitarlo. No soy capaz ni siquiera de pensar con claridad.

-¿Cielo?- escucho su voz y automáticamente un escalofrío me recorre todo el cuerpo.

-Ni s-se te ocurra volver a llamarmeee así.- arrastro las palabras como puedo mientras intento evitar ponerme a llorar.

-¿Estás borracha?- su voz suena de repente un poco alarmada.

-Nah, solamente estoy muy feliz de escuchar tu insoportable voz.- quizá sí esté un poco atrevida.

-Déjate de boberías Maia, ¿Dónde estás?- se escuchan unos resortes de la cama que me indican que… espera, ¿desde cuando esté llega tan temprano a casa?

-A ti que te lo voy a decir.- me río irónicamente pero escucho una notificación en su móvil.

-En diez minutos estoy ahí.- Joder, se me olvidaba que tiene contactos en todos lados.

Me levanto enfadada del sofá y camino como puedo para esconderme en el baño. Sin embargo, me choco inevitablemente con una figura mucho más alta y fuerte que yo. Si no llega a ser por él, que me sujetó por la cintura antes de que me cayera, me hubiera dado un buen golpe.

Miro hacia arriba y me pierdo por completo en los ojos de ese pedazo de moreno que me saca tres cabezas y tiene luces verdes en la mirada. Es uno de los chicos de antes.

Madre de dios.

-¿Estás bien?- me pregunta preocupado mientras me suelta cuando se asegura de que estoy bien posicionada.

-Eso creo.- suelto una risita nerviosa que lo hace sonreír de lado.

-Tienes una risa muy bonita.-

-Y yo veo que eres todo un romeo.- ruedo los ojos bromeando y ambos nos reímos.

-Pues el nombre del romeo es Jayden. ¿Y el tuyo?- me pregunta.

-Soy Maia.- Le sonrío y pienso en seguir hablando.

Sin embargo esa fragancia invade mis fosas nasales haciéndome sonrojar y a la vez tensarme. Me giro y mis ojos se encuentran con los de Pedri. Un Pedri que nos analiza entre el chico y yo con una ceja alzada.

-¿Te estaba molestando?- pregunta mirando fijamente al chico.- Si es así, lo mato.-

-No, no me ha hecho daño, pero no es de tu pura incumbencia ¿Sabías?- le enfrento a pesar de que no estoy consciente.

-No voy a dejarte aquí sola Maia. Gritame o insultame si lo crees necesario, pero mientras estés en este estado, me aseguraré de que estés bien.- dice tajante y yo, intentando disimular, le pido a Tom que pase a recogerme.

Mi mejor amigo se fue de la fiesta a los pocos minutos de yo desaparecer, así que está sobrio y aún despierto mientras juega al Fortnite.

-No iré contigo a ningún lado.-

-¿Te está incomodando?- me pregunta desde atrás Jayden. Me enternece que haya gente aún así.

-No, tranquilo.- Le sonrío y miro mal a Pedri cuando veo su mirada que desprende ira. Me giro a mirar al chico y le paso un papelito que tengo siempre por si acaso.- Mi número, me has caído muy bien.- Y, tras eso, me encamino hacia la entrada siendo seguida por las chicas y el idiota de Pedri.

El frío me golpea en la cara de la peor manera, haciendo que me de una bajona brutal.

-Cielo…- me coge del antebrazo y yo me suelto como si quemara. Veo por el rabillo del ojo como las chicas se suben al coche de Tom.

-Cielo nada. Mi palabra sigue en pie, olvídate de que existo.- 

Y tras decir eso, dejo atrás al chico que se ha lucido en mi corazón.

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Mi genteee.

La semana que viene es mi semana de exámenes finales, por lo que no podré actualizar para sacar la mejor nota posible. Espero que lo entiendan.

No me olviden :(.

Voten porfiss.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

Efímero ✈  Pedri González.Where stories live. Discover now