VI

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Capítulo seis
-Torre Eiffel-
París

-Me cago en la puta, esto es precioso.- son mis primeras palabras nada más pisar la calle de nuestro hotel.

Pedri se ha encargado de reservar una suite real en uno de los hoteles más prestigiosos de París, muy cerca de la Torre Eiffel.

El viaje en el avión fue bastante incómodo. Odio ese tipo de transporte, pero entiendo que es el más rápido para moverse por ahí, y yo soy la primera persona que ama viajar. Intenté acomodarme al principio, me pasé la primera media hora del vuelo moviéndome incómoda, subiendo los pies, colocándome de lado, recostando la cabeza, pero no había manera. No la hubo hasta que, en un acto que me hizo sonrojar, Pedri replegó el apoya brazos y me abrazó por el cuello, permitiéndome recortarme en su pecho.

También este viaje ha sido posible por el descanso de verano del canario, que no volverá a jugar hasta septiembre. Según me ha dicho, nuestra pequeña aventura es un misterio para todos, puesto a que no ha dicho nada.

-¿A que sí? Yo solo he venido dos veces para la gala del Balón de Oro. En una de ellas gané el Golden Boy, y en la otra se lo entregué a mi mejor amigo.- me habla sonriendo, haciéndome sonreír a mí también.

Entramos al hotel y me siento esperando a que Pedri termine de organizar lo que sea que haya organizado. Es como un palacio por dentro, decorado con columnas de mármol y detalles dorados muy delicados. Me acaba de traer a un hotel de lujo, pero de lujo grande.

Se acerca a mí con dos tarjetas en la mano y me sonríe para darme paso por el ascensor.

La habitación es una pasada. Es enorme, con una pequeña salita junto a la cama con dos sillones individuales y uno en medio bastante grande. La cama es, al igual que el resto de muebles, con alguna sábana de tonalidad azul marino, combinando con los tonos blancos. El baño es espacioso, y cuenta con un jacuzzi y una bañera de mármol preciosa. El espejo enorme es lo que más me llama la atención, está justo en frente al jacuzzi. Es perfecto para sacar unos cuantos fotones.

Pero lo que más me gusta de la habitación no es eso, sino la mini piscina privada que hay justo en el espacioso balcón, que también cuenta con un minibar lleno de alcoholes más caros de los que me imaginaba. Según dice en la tarjeta que han dejado, eso es cortesía de la casa.

-Ummm, un detalle.- hablo mientras desmontamos las maletas.- ¿Dormiremos juntos?- él levanta la cabeza con una mueca asustadiza.

-Bueno, emm, no lo había pensado. Si te molesta dormiré en el sillón.- habla y yo niego.

-Así está bien.- y sí, le veo sonreír. Al idiota que yo pensaba que me odiaba.

-¿Qué haremos hoy?- pregunto.

-¿A la señorita le apetece dar un paseo por la noche para ver la Torre Eiffel?- propone y a mí me brillan los ojos.

-Sí, me encanta la idea.-

(...)

Me termino de poner mi camisa beige a conjunto con mi pantalón por encima de mi top, creando un look veraniego pero elegante. Mi pelo está atado en una coleta y llevo unas Jordan en mis pies.

Salgo del baño y me encuentro a un Pedri con unos vaqueros cortos negros y una camisa negra de Nike. La habitación completa huele a perfume de hombre. Llega a mis fosas nasales y cierro los ojos, sorprendida. Joder, huele muy muy bien.

-¿Lista?- me pregunta y yo asiento.

Son las diez de la noche, hora en la que las calles están empezando a dejar de ser transitadas. Bajamos hasta la calle principal y andamos hasta la Torre Eiffel, que ilumina la noche de manera celestial. Es preciosa. Nos sentamos en un banco, dándole la espalda a las pocas personas que van de un lado a otro. Tenemos de fondo a un artista callejero tocando la guitarra, al cual me he encargado de darle dinero antes mismo.

-Háblame de ti.- me dice de repente dejándome completamente sorprendida.

-¿Qué quieres saber?- pregunto.

-No quiero hacerte las típicas preguntas, así que… ¿Cuál es tu sueño?- y sí, eso me ha dejado cuadrada.

-¿Mi sueño?- pregunto con la voz un poco más aguda. Ahora que lo pienso, siempre fue actuar, pero ahora con veinte millones de seguidores en Instagram y una carrera bien formada, ¿Cuál es mi sueño?- Supongo que jamás lo he pensado, pero supongo que poder seguir siendo una actriz famosa.-

-No suenas muy convencida.- alza una ceja y yo hago una mueca triste.

-Es que no lo sé, y no me gusta no saberlo.-

-¿Y si en vez de pensar en el futuro, pensamos en el ahora?- se va acercando a mí lentamente, poniéndome por completo en alerta.

-Siempre he pensado en el futuro.- pronuncio con temor cuando siento sus labios casi pegados a los míos.

-Siempre hay una primera vez para todo.- y sí, ahí, con la Torre Eiffel presenciando mi infidelidad, pego mis labios con los del canario que tengo enfrente causando miles de sensaciones en mi.

Me coge de la nuca sin ningún tipo de delicadeza. Pensé que los besos eran tiernos y sensibles, pero Pedri me está besando de manera apasionada, rudo, con fuerza. Su otra mano apreta mi muslo con tanta fuera que acabo soltando un gemido que es atrapado por sus labios.

Se separa y pega su frente a la mía, con los ojos cerrados. Hoy, en París, la cuidad del amor, le he puesto los cuernos a mi novio.

-Esto es un error.- es lo único que digo sin abrir mis ojos.

-El error más tentador que mis labios han probado.- me contesta.

Volvemos de manera rápida al apartamento, donde la ropa empieza a incomodar. Nada más entrar Pedri me arranca la camisa beige mientras cierra la puerta con el pie. Me besa salvajemente, haciéndome reaccionar. Le quito la camisa y ambos caemos en la cama, demostrándonos muchas cosas, pero sobre todo que somos personas que eligen el presente al futuro.

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BUENASSSS.

Discúlpenme por no haber actualizado, estoy súper liada últimamente.
No se olviden de mi😭😭😭😭.

Voten porfis.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

Efímero ✈  Pedri González.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora