XIV

923 54 20
                                    

Capítulo catorce
-Thomas-
Barcelona

Salgo del baño después de acomodarme maquillaje, vestido y peinado. El corto encuentro con Pedri estuvo bastante movidito, no os lo voy a negar. Hemos acordado que yo saldría primero y él un rato después. 

Bajo las escaleras y me cruzo con Jenny. Tiene el top algo descolocado y el pintalabios rebosado, me queda más que claro que ya se ha liado con alguno.

Viene hacia mí y me abraza. Automáticamente un olor exagerado de alcohol me llena las fosas nasales. Nuestra amistad siempre se ha basado en eso, querernos, discutir y luego arreglarlo sin siquiera hablar las cosas. Solamente recuerdo haber hablado con ella para solucionar un problema una vez, teníamos dieciséis años y ella se había liado con un chico que me gustaba bastante en el instituto.  Pero la discusión sucedió cuando, tiempo después, el chico me confesó que le gustaba y estuvo un mes ganándose poco a poco mis sentimientos hasta que nos hicimos novios.  Cuando Jenny se enteró de esto, fue directa a discutir conmigo, llamándome mala amiga y demás cosas que no me apetece mencionar. Acabé pidiéndole que hablásemos las cosas y ella aceptó que él era mi novio. Y sí, ese novio es al mismo al que estoy engañando ahora.

-Vamos con unos chicos majísimos que me he encontrado, estarán encantados de conocerte.- me jala del brazo impidiendo que yo pueda echarme atrás.

Llegamos a un grupo de cinco chicos. Todos ellos, como no, completamente atractivos. Hay dos rubios, uno morenito y otros dos de pelo castaño. Inconscientemente todos ellos se voltean al escuchar a Jenny saludarles.

-Esta es Maia, mi mejor amiga.- me empuja hacia delante y sin querer choco con uno de los rubios, haciéndome sonrojar de la vergüenza. O quizá del alcohol que llevo en las venas.

-Encantado, soy Thomas.- me sonríe y me da dos besos, cosa a la que estoy muy poco acostumbrada.

-Yo soy Max.- se presenta el otro rubio a su lado.- El hermano de este inútil.-

-¿Te quieres callar?- Thomas rueda los ojos haciéndome soltar una risita.

Mi mejor amiga está encima del pelirrojo, ya besándolo, dándome una pista de que era él el dueño de su pintalabios corrido. Los otros dos se van directamente a la pista de baile. Me siento en uno de los sillones y empiezo a escanear la sala. Hay mucha más gente de la que me imaginaba, pero sin quererlo mi vista busca a un chico de pelo castaño que está muy lejos de parecerse a algo serio, pero que me tiene suspirando cada día. Sin embargo, no logro verlo en ningún sitio. Lo que sí logro ver es como el chico rubio, Thomas, se sienta a mi lado dándome una sonrisa confiable.

-Háblame de ti.- me suelta dejándome un poco en babias. Pero bueno, hacer amigos nunca está de más.

-Bueno, soy Maia Johnson y tengo diecinueve años.- Le sonrío.

-Yo soy Thomas Colbourn y tengo veintitrés años.- piensa un segundo y vuelve a hablar.-  Te me haces familiar, ¿eres de Inglaterra?- me pregunta y yo asiento con emoción.

-De Manchester.- Le digo orgullosa.

-Yo soy de Newcastle pero nos mudamos a Manchester cuando era muy pequeño.- me sonríe y a mí me da mucha más confianza que antes.

-A mí también te me haces familiar.- entrecierro los ojos y por fin caigo.- ¡Espera! Tu eres el nieto de doña Victoria, ¿verdad?-

-¡Sí! No me jodas que tu eras esa niña que estaba siempre en su casa tomando té. - asiento varias veces con emoción y sonrío.

-Joder, has cambiado un montón.-

-Pues sí, pero tú el doble. ¿Te mudaste a Londres, cierto? Mi abuela me lo contó casi llorando. Sigue esperando que vayas a visitarla como le prometiste.-

-¡Juro por mi vida que me gustaría ir! En cuanto termine las grabaciones iré, si quieres quedamos y vamos hasta juntos.- Le propongo.

-Trato.- asiente sonriendo y me da la mano.

Nos pasamos un rato más hablando y contando anécdotas de cuando éramos pequeños y jugábamos en casa de su abuela. Al final él y yo siempre fuimos como el blanco y el negro. Él sumamente tranquilo y yo sumamente alocada y creativa. Lo veía cada fin de semana y jugábamos hasta la madrugada. Recuerdo que la última vez que lo vi fue dos días antes de irme, le dije que me iba y lo único que sé le ocurrió fue escaparnos hasta la feria que estaba a veinte minutos andando. Nos pasamos la última noche riendo y despidiéndose de la mejor manera.

-Sí, y luego…- me cuenta pero yo pierdo la concentración cuando noto que estamos muy cerca y que Pedri nos mira completamente serio desde la distancia. 

Me señala con la mirada el baño que usamos antes y se mete en él, indicándome que lo siga.

-Tom, voy un momento al baño, ya vengo.- me levanto sin esperar respuesta y entro al baño oscuro.

Pedri está apoyado en la pared. Se toca los labios con la copa y me mira desde arriba. Es intimidantemente sexi, no puedo negarlo.

-¿Sucede algo?- le pregunto acercándome pero dejando un leve espacio entre nosotros.

-No, nada.- Tiene un tono algo enfadado, no sé qué le pasará.

-¿Y por qué estás tan serio?- Le pregunto, permitiéndome acortar toda la distancia poniendo mis manos en su nuca. Pienso que seré rechazada hasta que siento sus manos en mi cintura y su cara en mi cuello, abrazándome.

-No sé.- sé encoge de hombros pegándome más a él.

-¿Seguro?- le tanteo porque se perfectamente lo que sucede.

-¿Quién es él?- lo sabía.

-Un amigo de la infancia de cuando vivía en Manchester. - Le explico, a pesar de no tener que hacerlo en realidad.

-Pues dile que para la próxima te hable con un poco más de distancia si no quiere amanecer sin dientes.- suelto una carcajada que lo hace mirarme a los ojos un poco confundido.

-Para el carro fiera, que no somos nada.- Le acaricio el pelo subiendo una mano hacia el cabello sobre su frente.

-No, pero tú eres inevitablemente mía.-

............................................................................

Holissss.

Aquí tienen su cap, lo siento por no actualizar antes.

Voten porfisss.

Los cheruuu.
Se despide,
-G.

Efímero ✈  Pedri González.Where stories live. Discover now