I

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Capítulo uno
-Pedri-
Barcelona

-Mírame, ¿Te gusta?- le pregunto en inglés a mi amiga a través de la pantalla.

Estoy preparándome para la fiesta de esta noche. Según Josh, será en el sótano de un hotel, reservado para los futbolistas y los invitados por ellos, entre ellos nosotros, claro.

Llevo un vestido corto negro, pegado al cuerpo y bastante atrevido a decir verdad. La parte que cubre mis pechos está compuesta por dos tiras atadas al cuerpo, enseñando un poco del monte de mis boobies y mi abdomen. Atrevido pero me gusta.

-Toda una zorra, me encanta.- asiente varias veces sonriéndome. Yo admiro su cara porque mi mejor amiga es una diosa en la tierra.

Nos conocemos desde que éramos niñas en el colegio, ambas coincidimos en el mundo artístico. Yo por mi parte el cine y ella el modelaje. Fuimos creciendo y llegamos a tener una crisis bastante fuerte en la amistad. Ella, al ser tan preciosa, con labios gruesos y un cuerpo alto de escándalo, tenía la atención de todos los chicos, de todo el mundo en general. Yo, sin embargo, solo estaba ahí, era como una secretaria. Me daban los Instagram para dárselos a ella, igual que con los números de teléfono. No me malinterpreten, no tuvimos la crisis porque yo la envidiara, sino porque de verdad me comenzó a tratar como a una sirvienta. Al ver esto simplemente me aleje, pero sin ponerle punto y final a la amistad. Tiempo después volvimos a hablarnos como si nada hubiese pasado, sin tocar nunca más el tema.

Por eso mismo valoro muchísimo a Josh, es la primera persona que no la escoge a ella. Al final, eso me causó un trauma, mi autoestima decayó. Pero afortunadamente ahora me encuentro mejor que nunca.

-Vale, gracias.- asiento satisfecha con una sonrisa.- Y dime, ¿Qué día venías a Barcelona?-

-En dos semanas exactamente, espero que me lo adelanten, quiero volver a salir de fiesta contigo.- hace una mueca y yo asiento, dándole la razón.

-Jenny, te tengo que dejar, ya me voy.- Le indico cuando escucho a Josh llamándome.

-Vale, pásalo bien.-

Corto el teléfono y me levanto, cogiendo mi bolso negro de Louis Vuitton y saliendo de la habitación. El apartamento que nos hemos cogido es monísimo, muy minimalista. Tiene tres habitaciones, dos baños y un salón-comedor-cocina.

-Ya estoy, amor.- llego hasta donde está él y sonrío. Va muy guapo con unos pantalones de vestir negros y una camisa lisa blanca.

-¿Vas a llevar eso?- alza una ceja, escaneandome de arriba a abajo.

-Sí, ¿Qué tiene de malo?- No es la primera vez que esto pasa así que no me extraño en lo absoluto.

-Se te ve todo, quiero dar una buena impresión delante de mis amigos, ¿Qué dirán cuándo te vean así?- lleva las manos a su cabeza, estresado. (Spoiler: Pedri querrá más que decir 😏 att: la autora)

-Me da igual lo que digan, yo me veo bien.- sentencio, caminando hacia la puerta.

-No, cámbiate, ahora.- me coje del antebrazo y me lleva directamente a la habitación, pero en el pasillo consigo quitármelo de encima y frenarle.

-No. Ahora, nos vamos, o sino me iré sin ti.- le dejo con la palabra en la boca, cogiendo mis llaves del coche y saliendo del apartamento de un portazo.

Al principio estas cosas le funcionaban, yo siempre cedía a las cosas que él me pedía por miedo a perderle, pero ya no más. Estoy cansada de no hacer lo que me apetece por sus estúpidos celos, ni que yo le fuera a poner los cuernos, joder.

Efímero ✈  Pedri González.Where stories live. Discover now