Mi Joven Esposo

Historia adicional - El príncipe que llora y su princesa (4) (R)

El príncipe heredero siempre había sido llorón desde pequeño, eso es algo que todos sabían. Tenía una gran emotividad y aunque había aprendido a controlarse más al crecer, en este momento no pudo contenerse y lloró frente a Xia Chun.

Xia Chun se quedó desconcertado al ver sus lágrimas, luciendo un poco perdido. Después de un momento, dijo: "Yo no te he molestado, ¿por qué estás llorando?"

Zang Xu inhaló profundamente, intentando contener las lágrimas. Pero al escuchar esas palabras de "no te he molestado", no pudo evitarlo más. Sus lágrimas brotaron rápidamente, humedeciendo sus mejillas al instante. Con un gran sentimiento de injusticia, dijo: "Sí, tú no me has molestado, pero me ignoras. Eso me hace sentir peor que si me golpearas o me insultaras. ¿Acaso no lo sabes, Gege?"

Al escuchar su acusación, Xia Chun se sintió aún más desconcertado. Dejó la pluma y pensó en acercarse a tocarlo, pero finalmente no lo hizo por completo y dijo: "¿Cuándo te he ignorado?"

Zang Xu lloró y dijo: "Cuando comes y hablas con tus antiguos subordinados, tienes una sonrisa en tu rostro y tienes muchas palabras, pero cuando estás conmigo, te quedas en silencio. ¿No es eso ignorarme? Me duele mucho, pero no puedo evitar acercarme a ti". Agarró la mano de Xia Chun y la colocó sobre su pecho, sollozando: "Hace un momento, incluso dijiste que podría ser infiel. ¿De dónde sacaste eso? ¿No ha estado mi corazón siempre contigo? Si no me crees, puedo sacar mi corazón para que lo veas. Vamos a casarnos, pero tú pareces estar infeliz. En resumen, ¿no estás satisfecho con este matrimonio?"

Xia Chun observó cómo las lágrimas seguían cayendo de los ojos de Zang Xu, su corazón en caos. Intentó retirar su mano, pero Zang Xu la agarró con fuerza, sin soltarla. Xia Chun suspiró resignado y dijo: "No pienso así".

Zang Xu lo miró atónito, sus lágrimas se detuvieron de repente y un destello de esperanza apareció en sus ojos. Preguntó incrédulo: "¿De verdad?"

Xia Chun bajó la cabeza y, después de un largo momento, susurró: "Si fueras una chica, yo..." No terminó la frase cuando el príncipe volvió a llorar, esta vez de tristeza. "¿Es porque soy un hombre que no te gusto?"

Xia Chun se sintió confundido, especialmente cuando las lágrimas de Zang Xu cayeron sobre su mano, provocando un dolor en su corazón. Dijo: "No me desagradas". Levantó la cabeza y miró a Zang Xu. "Solo haré lo que esté acorde con mis verdaderos sentimientos. Si realmente no me gustaras, habría cancelado el matrimonio".

Zang Xu abrió los ojos, que ya eran grandes, pero parecían aún más grandes. Sus ojos aún contenían lágrimas y, al parpadear, las lágrimas rodaron por sus mejillas. La alegría en sus ojos se hizo evidente y se transformó en una inmensa felicidad. Ya no pudo contenerse y atrajo a Xia Chun aún más cerca, abrazándolo fuertemente. Lo sostuvo con fuerza y dijo: "¿Eso significa que te gusto? ¿Es verdad? ¿De verdad? Estoy tan feliz. He estado preocupado todo este tiempo pensando que no querías casarte conmigo en absoluto. Me sentía tan miserable, pero no me atrevía a preguntar, y aunque lo hiciera, temía escuchar la respuesta. Oh... Xia Chun... Xia Chun... ¡Realmente me gustas!" Estaba abrumado por la alegría, sin darse cuenta de lo que decía. Lo único que sabía era que quería girar mientras abrazaba a Xia Chun. Después de calmarse un poco, apoyó cuidadosamente su cabeza en el cuello de Xia Chun y susurró suavemente: "Xia Chun, ¿puedes decírmelo de nuevo?"

El rostro de Xia Chun lucía extremadamente antinatural. Su reciente alboroto había sido demasiado ruidoso y las doncellas del palacio seguramente lo habían escuchado. Al pensarlo, se puso aún más incómodo y apartó a Zang Xu con un empujón, diciendo seriamente: "Este es el lugar de Su Alteza, comportémonos apropiadamente".

Por primera vez, Zang Xu se negó a obedecer. Lo abrazó con fuerza y suplicó: "Gege, ¿puedes repetirlo una vez más? Dime que estás dispuesto a casarte conmigo, que me amas". Desde pequeño, siempre había sido mimado, especialmente frente a las personas cercanas, sin importar su posición.