Capítulo 26 - ¿Soy muy bueno? (R)

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La apertura del Reino de Xia hacia los asuntos sexuales se podía sentir claramente a través de los burdeles que se veían por todas partes. En la ciudad real, la gente era aún más abierta. Cuando Xia Xi todavía estaba atrapado dentro del Palacio, no solo sabía que había burdeles dentro de la Ciudad Real, sino también salones de prostitutos masculinos. No eran solo los plebeyos, muchas personas de la familia real también tenían tal afición. Incluso su padre, el Emperador, tenía algunos hombres favoritos y una docena de eunucos jóvenes afortunados y hermosos.

En comparación, es probable que la mayoría de los bárbaros ni siquiera hayan oído hablar de hombres teniendo relaciones sexuales con otros hombres.

Xia Xi abrazó sus piernas y levantó un poco las caderas para que Chu Lan pudiera penetrarlo mejor. Era la primera vez que ambos experimentaban algo así, uno estaba más nervioso que el otro. Xia Xi aún sentía una mezcla de profunda vergüenza, mientras que Chu Lan ya estaba extremadamente excitado.

La pasta cremosa de color blanco se aplicó en la entrada arrugada y se limpió minuciosamente. Chu Lan introdujo lentamente su dedo en el interior. Solo esta acción tomó casi el tiempo que se tarda en preparar una taza de té. Cuando el dedo entero se introdujo por completo, Xia Xi ya no pudo aguantarlo. Gimió y sus ojos se empañaron. No se atrevía a negarse y sabía que pedir clemencia era inútil, así que apenas podía soportarlo. Después de la inserción de un dedo, se volvió relativamente más fácil insertar el segundo. Cuando ambos dedos estuvieron dentro, Xia Xi se sintió extraño y un poco incómodo, pero cuando Chu Lan le preguntó si podía soportarlo, asintió suavemente.

Chu Lan dejó de preocuparse y aplicó más crema en el interior, luego introdujo su tercer dedo.

"Uh..." Xia Xi cerró los ojos. La sensación vergonzosa de ser estirado era demasiado difícil de adaptar, especialmente porque esos dedos seguían presionando en su interior. Los dedos de Chu Lan eran gruesos, pero incluso tres de ellos no podían igualar el tamaño de sus genitales. Para acomodar su miembro, Xia Xi debía ser estirado por al menos cuatro dedos.

Chu Lan escuchó su gemido bajo y lo miró nerviosamente. "¿Qué pasa? ¿Te sientes incómodo?"

Xia Xi encontró su mirada preocupada y sintió que podía soportarlo un poco más, susurró: "No, estoy bien..." La expresión de Chu Lan se iluminó de alegría, los tres dedos acariciaron su entrada durante un rato antes de que el cuarto dedo comenzara a presionar para entrar.

El agujero rosado estaba tan apretado que parecía estar cerca de desgarrarse después de tragar solo tres dedos, incluso las hermosas arrugas estaban aplanadas. Por el momento, se tragó un cuarto. Xia Xi estaba tan incómodo que apenas podía contener la garganta. Se mordió el labio y reprimió la extraña sensación que provenía de entre sus piernas, pero las lágrimas aún caían por las esquinas de sus ojos. Chu Lan se sintió angustiado cuando lo vio, pero ya sentía la firmeza del cuerpo de Xia Xi. Además, una vez que descubrió que podían unirse allí, su posesividad se elevó hasta el ápice, ¿cómo podría estar dispuesto a rendirse? Vio que el órgano entre las piernas de Xia Xi se suavizó debido al dolor, y de repente recordó el placer de cuando Xia Xi lo lamió. Se inclinó antes de pensarlo a fondo, abriendo la boca para tragar el palo de carne suave y comenzando a moverse.

Sus movimientos fueron demasiado repentinos. Xia Xi se quedó atónito por un tiempo antes de reaccionar. Se sintió alcanzado por un rayo. Cuando el placer de ser complacido oralmente envolvió sus extremidades, se dio cuenta de que estaba entrando en pánico. Su rostro asustado inconscientemente se puso pálido. Queriendo esconderse, dijo: "Chu Lan, ¿cómo pudiste hacer esto... No..." Había sido influenciado por su madre y las personas que lo rodeaban desde que era un niño. Siempre había sentido que los reyes eran las personas más nobles. Otros deberían servirle naturalmente, pero él no sirve a los demás. Le dio sexo oral a Chu Lan, por supuesto, lo hizo y no se atrevería a disgustar el acto, pero cuando Chu Lan lo lamio, no puedo soportarlo. Sintió que estaba sucio y que no era adecuado ser tocado por sus labios reales.

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