Nueve

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NUEVE

Brook

Las chicas se tomaron sus chupitos y modelaron torpemente, ganándose las miradas y los halagos incómodos de los hombres que aún seguían en la piscina.

—¡Tu!, la de blanco—murmuraron.

Voltee y él me veía directamente.

—¿Qué esperas?

—Brook...—murmuro Sam.

Atravesé la piscina y me acerqué a él. Estábamos frente a frente, él se bajo de la silla y me enfrento. Sus ojos miel viendo directamente los míos.

—No pienso embriagarme y sexualizarme frente a todos estos enfermos—dije con voz fuerte y firme.

—Lo siento princesita, ¿que te apetece hacer?—se cruzo de brazos.

—¿Qué te crees tu para dar ordenes?

—¿Y qué te crees tú para negarlas?, eres una simple novata y harás lo que se te indica o te condenarás a ser ignorada el resto de tu vida escolar.

—Brook... solo hazlo—murmuro Lina.

—Sin chupitos—advertí.

Levantó las manos en señal de inocente.

Le di la espalda y camine con lentitud hasta la plataforma, todas las chicas ya habían modelado, yo era la última. Estando allá arriba mi corazón latió tan rápido que sentía que se salía de mi pecho, apreté fuerte mis puños y mordí mi labio. Estaba jodidamente nerviosa, pero le cerraría la boca a ese energúmeno.

Mis dedos rozaron fijamente mis muslos, mientras subían junto con mi vestido, lo subí lentamente hasta deshacerme de el por completo.

No iba a dejar que todo mundo notara mi temor al estar en bikini, así que comencé a caminar a lo largo de la plataforma como si lo hubiera hecho desde antes. Las personas hablaban, pero no escuchaba gracias al sonido intenso de la música.

Llegue al final de la plataforma donde estaba André viéndome tan intensamente que me asuste, sin temor alguno le lancé mi vestido en la cara y termine de modelar.
Al bajar finalmente escuché los aplausos y silbidos de mi alrededor.

—Mierda... le callaste la boca a André—se acercó Sam mientras me arropaba con una toalla.

—Ahora si necesito un chupito—murmure.

Todo mundo se lanzó a la piscina y yo corrí hacia la mesa de tragos. Tome el primer líquido transparente que vi y lo vertí en un vaso de plástico, lo guié a mis labios y quemó la garganta.

Vodka.

—Cuidado, las modelos que beben eso suelen terminar en rehabilitación...—esa odiosa voz.

—¿Quieres dejar de fastidiarme?, ya hice lo que me pediste.

Chasqueó la lengua—Te falto una cosa...

—¿Si? ¿Cuál?

Me tomó del brazo y sin dejarme reaccionar, me lanzo de lleno contra la piscina. El agua helada me golpeó duro.

Las reglas del amor (borrador)Where stories live. Discover now