FORMULA HEART || Charles Leclerc

Monaco's redemption🏎 (37)

Maratón 2/3

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Comiencen a escuchar Love of my life - Harry Styles. Disfruten :)

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Take a walk on Sunday through the afternoon, we can always find somethin' for us to do

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-Te hice un espacio en mi clóset.- me tomó de la mano y me guió hasta su habitación.

Esta es la primera vez que estoy aquí desde ese día. El día que detonó toda nuestra historia.

-Cajones disponibles, organizadores, ganchos... ¡ah! Y te compré cosas que podrías necesitar, y las galletas que te gustan también, están en la cocina.

Sonreí, viéndolo en silencio mientras me mostraba compartimentos y cajones que podía utilizar durante mi estadía aquí.

-¿Por qué actúas como si hubieras comido una barra entera de chocolate?

-Estoy emocionado por esto, es todo. ¿Tú cómo te sientes?

-Cómoda, rommie.

-No creo que los rommies compartan cama.- se acercó a mí, poniendo su mano en mi espalda y atrayéndome hacia él.

-¿Cómo? Tan atento y buen anfitrión, ¿pero no tendré cama propia? ¡Buuuh!

-Puedo probarte lo atento y buen anfitrión que soy justamente en la cama que vamos a compartir, mi amor.

Acto seguido, sus manos se instalaron en mi cintura, jugueteando con el borde de mis shorts, pero sin intentar nada realmente. Se perdieron debajo de mi blusa, el frío de sus anillos y reloj haciéndome soltar pequeños suspiros que él se encargó de callar con sus labios.

Nos hizo retroceder hasta quedar sobre la cama, él encima mío, besando solo los lugares correctos, encontrando particularmente un punto sobre mi cuello que no dudó en seguir atacando luego de sentir mi cuerpo sobresaltarse la primera vez que lo besó.

-Me gusta como reaccionas cuando te toco.- jadeó con sus manos esta vez en el botón de mi ropa mientras no dejaba de besarme.

-Me gusta cuando me tocas. Sigue haciéndolo.- aproveché ese momento de debilidad de su parte para hacer que quedemos invertidos.

Ahora estoy encima de él, sobre su pelvis, besando su cuello. Sus manos se aferran a mi cadera para apoyarse en mí. Sus pulgares ejerciendo presión sobre mi piel.

-Mi amor...- su voz ronca se hizo presente, gimiendo mi nombre entre pausas para besarme.- Estoy feliz de que hayas venido.

-Sí, me doy cuenta.-me removí sobre él para molestarlo.

-Vas a matarme un día de estos.- se apoyó sobre sus codos para tener un mejor acceso al besarme.- Pero moriría como la persona más feliz del mundo.

(...)

Creí que sería más complicado salir con él en Mónaco durante el día, pero la verdad es que teníamos cuidado al caminar por las calles, y entrábamos a las tiendas cuando veíamos a muchas personas.

Nos besábamos en callejones y en restaurantes de noche. En su auto en los semáforos en rojo, siempre con su mano en mi pierna, en clubs y fiestas. Al principio temía siquiera tomar su mano, o que nos vieran comiendo juntos a pesar de que ya existen cientas de fotos así de nosotros en internet, pero a decir verdad, todo el mundo se derretía y dejaba de importarme, de existir, cuando estoy con él. Era casi como tener la certeza de que éramos invisibles ante los ojos de los demás, que nadie puede vernos. Y si pueden, la verdad es que no me importa.