—Tendré en cuenta tu observación.—Cole se dio la vuelta.—No sigas masticando mi trasero o pensaré que eres un canibal.

River se puso a su altura y sonrió.

Cole no pudo evitar poner sus manos sobre él. Necesitaba tocarlo. Tenerlo cerca. Le molestaba que quisiera eso.

—Definitivamente quiero comerte.—River le dio un beso en la mejilla.—Por completo.—Le dio otro beso en la otra.—¿Me dejas?

—No.—Cole empujó para que cayera de espaldas y se puso ahorcajadas de él.—Te voy a devorar yo a ti.

River levantó las cejas y sus manos ya estaban amasando el culo de Cole. El miembro del rubio estaba ya casi duro nuevamente -Los jóvenes eran increíbles- y ya estaba rozando la húmeda entrada, ya usada anteriormente, de Cole, rogando por entrar y llegar lo más profundo posible. El agujero de Cole pedía lo mismo, sinceramente.

—Tengo miedo.—Dijo River.

—¿Lo tienes?—Cole empezó a mecerse lentamente sobre el miembro de River, tanteando la punta contra su sensible entrada. La punta quedaba atascada por un leve segundo haciendo que ambos se tensaran y se angustiaran.

—No me hagas daño.—River ponía una voz de inocencia que hacía contraste con todo él: Excitado, fuerte, sonrojado, caliente.

—Te haré sentir muy bien.—Dijo Cole antes de introducirse a sí mismo el pene de River. Ambos gimieron; uno al sentirse lleno y el otro por el resbaladizo y caliente agujero.

—Maldición...—Dijo River, mirando de una manera encantadora las piernas abiertas de Cole y su miembro entrando en él.

Cole estaba a la mitad cuando River lo levantó y salió con rapidez de él, provocando que un jadeo saliera del mayor.

—¿Qué?—Cole estaba aturdido. Se sentía vacío de repente.

—Esto.—El envoltorio relucía.—No te tomaba por alguien tan calenturiento y despreocupado, doctor.—Dijo colocándoselo.—¿O será que quieres llevar a mi bebé?

Cole puso una mueca que hizo reír a River.

—No podría llevar a alguien que se pareciera a ti.

River la metió tan de pronto que un gemido quedó atascado en la garganta de Cole.

—¡Imbécil!—Le golpeó en el pecho.

River se mordió el labio inferior y apretó con fuerza las caderas de Cole.

—Me gusta cuando me aprietas de esa manera.—Soltó.

Cole aún no podía creer que tuviera el pene de aquel niño insoportable dentro de él y que tuviera a este hablándole así. Hubo algo excitante en todo eso.

—De todos modos, mi hijo sería hermoso.—Defendió River, empezando a moverse.

Cole se estremeció pero dejó que River empezara a joderlo desde abajo. No se suponía que debía ser él el que tomara las riendas, pero Cole tampoco se quejaría.

—Admítelo. 

Cole escuchaba lejano a River, demasiado ido concentrándose en el placer que River le causaba apuñalando ese punto jodidamente bien.

—¿Hum?—Es lo único que pudo decir.

—Di que mi hijo sería hermoso.

Cole se limitó a gemir y a arañar el pecho de River.

—Cole.

Cole gritó cuando River dio una fuerte y profunda embestida.

—Ángel.—Siguió llamándole.

Último sentimiento (4)Where stories live. Discover now